29.1.15





Ad sextam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cælis tolle nos ad aſtra.

En sexta.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Pſalmus 58.

Eripe me de inimicis meis Domina mundi: exurge in occurſum meum Regina pietatis.
Aurum obriſum in ornamentis tuis: ſardius & topaſius in diademate tuo.
Iaſpis & ametiſtus in dextra tua: berillus & cryſolitus in finiſtra tua.
Iacinthus & achates in pectore tuo: carbunculi ſtillantes in monilibus tuis.
Myrrha, thus & balſamum in manibus tuis: ſapphirus & ſmaragdus in digitis tuis.

Salmo 58.

Sálvame de mis enemigos, Señora del mundo; levántate y ven a mi encuentro, Reina de piedad.
El oro más puro es tu ornamento, el sardio y el topacio son tu diadema.
El jaspe y la amatista están a tu derecha, el berilio y el crisólito a tu izquierda.
El jacinto [topacio] y el ágata están en tu pecho, los rubíes resplandecen en tu collar.
La mirra, el incienso y el bálsamo están en tus manos; el zafiro y la esmeralda en tus dedos.


Pſalmus 59.

Deus repuliſti nos propter peccata noſtra: & miſertus es nobis per Virginem Mariam.
Intercede pro nobis ſalutifera Mater Dei: quæ Angelorum & hominum ſalutem peperiſti.
Tu enim mœſtis conſolationem infundis: & mœrentibus lætitiam & dulcorem.
Lætifica nos dulcifluo ſono oris tui: & liquore tuo roſeo perfunde corda noſtra.
Tonate cæli deſuper, & dare illi laudem: glorifica illam terra cum omnibus habitatoribus tuis.

Salmo 59.

Dios, nos rechazaste a causa de nuestro pecado y tuviste misericordia de nosotros debido a la Virgen María.
Intercede por nosotros, saludable Madre de Dios, pues tú alumbraste al Salvador de los ángeles y de los hombres.
Tú, en verdad, a los afligidos les infundes el consuelo; y a los tristes, la alegría y la dulzura.
Alégranos con el dulce sonido de tu boca y que tu rosáceo licor bañe nuestros corazones.
Resuenen, altos cielos, y denle alabanza a ella; glorifícala a ella, tierra, junto a todos tus habitantes.


Pſalmus 60.

Exaudi Domina deprecationem meam: & ſupra firmam petram ſtabilias mentem meam.
Eſto mihi turris fortiſſima: me contuens à facie crudelis vaſtatoris.
Vt caſtrorum acies ſis illi terribilis: & viuus corruat in profundum inferni.
Tu enim rutilans es vt decora nubes: rorifera vt conſurgens aurora.
Pulchra es & clara vt luna pleniſſima: & tanquam ſol refulget ſacratiſſimus aſpectus tuus.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cęlis, tolle nos ad aſtra.

Salmo 60.

Escucha, Señora, mi súplica; y sobre la piedra firme sitúa mi mente.
Sé mi torre excelsamente fuerte, quédate a mi lado frente a la faz del cruel corruptor.
Sé terrible como un ejército dispuesto, y que aquel caiga vivo a lo profundo del infierno.
Tú eres, en verdad, resplandeciente y bella; la nube de rocío y la aurora que se eleva.
Eres hermosa y clara como la luna completamente llena, como el sol refulgente es tu sacratísimo aspecto. 

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Oratio.

Immaculata Virgo, Filia Dauidis & Abrahæ, inclina aurem tuam ad preces noſtras, & ne obliuiſcaris populi tui, neque noſtri, qui ſumus de familia & domo Patris tui. Ad te clamamus, recordare noſtri ſantiſſima Virgo. Tibi nos commendamus, eſto mediatrix noſtra ante conſpectum filij tui Domini noſtri Ieſu Chriſti, Amen.

Oración.

Virgen Inmaculada, Hija de David y de Abrahám, inclina tus oídos a nuestras súplicas y no olvides a tu pueblo ni a nosotros, que somos de la familia y casa de tu Padre. A ti clamamos, recuérdanos Virgen santísima. A ti nos encomendamos, sé mediadora nuestra ante la mirada de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Amén.


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