Ad primam.
V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.
Gloria tibi ſit virginum Regina: duc nos obſecramus ad cælorum regna.
En
prima.
V.
Señora, ven en mi ayuda.
R.
Señora, date prisa en ayudarme.
Gloria
a ti, Reina de las vírgenes; te rogamos que nos guíes hacia el reino de los
cielos.
…
Pſalmus 29.
Exaltabo te Domina
quoniam ſuſcepiſti me: ab iniquo aduerſario meo liberabis me.
Conuertere ad me &
viuificame: de portis mortis reduc me, & de fluctibus tribulationum quæ
circumdedeiūt me.
Propter imperium & magnificentiam
dexteræ tuæ, cōtere & diſſipa
omnes aduerſarios
meos.
Et ego offeram tibi ſacrificium laudis: & gloriam
tuam deuotus exaltabo.
Exultate cæli, & iucundare terra: quia conſolabitur
Maria ſeruos ſuos, & pauperum ſuorum
miſerebitur.
Salmo 29.
Te ensalzo, Señora, pues me
sostuviste y de mis inicuos adversarios me liberaste.
Vuélvete hacia mí y vivifícame,
aléjame de las puertas de la muerte y de las muchas tribulaciones que me
circundan.
Por el imperio y magnificencia
de tu diestra, quebranta y disipa a todos mis adversarios.
Y yo te ofreceré un sacrificio
de alabanza y exaltaré tu gloria con devoción.
Que exulte el cielo y se
regocije la tierra, pues María consuela a sus siervos y tiene misericordia de
sus pobres.
...
Pſalmus 30.
In te Domina ſperaui, non confundar in æternum: in gratia tua ſuſcipe
me.
Inclina ad me aurem tuam: & in mœrore meo lætifica me.
Tu es fortitudo mea
& refugium meum: & conſolatio
mea & protectio mea.
Educas me de laqueo
quem abſconderunt
mihi: quoniam tu es aiutrix mea.
In manus tuas commendo ſpiritum
meum: totam vitam meam & diem meum nouiſſimum.
Salmo
30.
Espero
en ti, Señora, espero; que no me vea confundido en la eternidad y recíbeme en
tu gracia.
Inclina
hacia mí tus oídos y en mi lamentación alégrame.
Tú
eres mi fortaleza y mi refugio, mi consuelo y mi protección.
Aléjame
de las trampas que han escondido para mí, pues tú eres mi auxilio.
En
tus manos encomiendo mi espíritu, mi vida toda y hasta mi último día.
…
Pſalmus 31.
Beati quorum corda te diligunt Virgo beata: peccata ipſorum
per te miſericorditer diluentur.
Sancta, caſta, & florida viſcera
tua: quæ florem viriditatis perpetuæ conceperunt.
Decor pulchritudinis tuæ corruptionem non videbit: & vultus tui gratia
in perpetuū non marceſſet.
Benedicta tu virga Ieſſe ſublimis: quæ te vſque
ad ſedentem in throno, & maieſtatis
Dominum dilataſti.
O Virgo Regina, ſemita es & via: per quam nos ſalus de ſupernis ſedibus viſitauit.
Gloria tibi ſit virginum Regina: duc nos obſecramus ad cælorum regna.
Salmo
31.
Bienaventurados
los corazones que te aman, Virgen Bendita, pues sus pecados serán disueltos por
tu misericordia.
Tu
interior es sagrado, íntegro y fecundo, y has concebido a la flor de eterna
frescura.
El
encanto de tu belleza no verá la corrupción y la gracia de tu rostro no se
marchitará jamás.
Bendita
seas sublime Rama de Jesé, pues has sido elevada hasta la majestad del Señor
sentado en su trono.
¡Oh,
Virgen Reina!, eres la huella y el camino a través del cual el Salvador de lo
alto visita nuestra morada.
Gloria
a ti, Reina de las vírgenes; te rogamos que nos guíes hacia el reino de los
cielos.
…
Oratio.
Ave incorrupta, & ab omni illuuie immunis Virgo Deipara: omnium ad te
recurrentium certiſſimum profugium Maria. Tota ſpecioſa,
tota amæna, tota fulgens, benigna. Sucurre mihi ô dulciſſima
aduocata: & poſt huius vitæ fluctus, fac, vt perueniam ad portum ſempiternæ
fœlicitatis, Amen.
Oración.
Salve, Virgen Deípara,
incorrupta e inmune a toda mancha; todos los que acuden a ti tienen un refugio
seguro, María. Eres totalmente hermosa, agradable, resplandeciente y bondadosa.
Ayúdame, ¡oh, Abogada!, y haz que después de las fluctuaciones de esta vida
alcance el puerto de la felicidad eterna. Amén.
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