16.1.15





Ad nonam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit virginum Regina: duc nos obſecramus ad cælorum regna.

En nona.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; te rogamos que nos guíes hacia el reino de los cielos.


Pſalmus 38.

Dixi cuſtodiam vias meas Regina cæli: cùm per te Chriſti gratia fuerit mihi data.
Dulcore tuo liquefactum eſt cor meum: amore tuo inflammata ſunt viſcera mea.
Exaudi orationem meam Domina, & deprecationem meam: vt contabeſcant aduersarij mei.
Miſerere mei de cælis, & de altitudine throni tui: & ne permittas me in valle miſeriæ cōturbari.
Cuſtodi pedem meum ne labatur & corruat: & in fine meo ſit mihi præſens gratia tua.

Salmo 38.

Dije: “Vigilaré mis caminos”, Reina del Cielo, pues por ti me fue concedida la gracia de Cristo.
Tu dulzura derrite mi corazón, tu amor inflama mi interior.
Señora, escucha mi oración y mi súplica, que sean consumidos mis adversarios.
La misericordia venga a mí desde el cielo y de tu elevado trono; no permitas que me perturbe en este valle de miserias.
Protege mis pies para que no tropieze y caiga, y para que así se haga presente a mí tu gracia.

...

Pſalmus 39.

Expectans expectaui gratiam tuam Domina: & feciſti mihi ſecundùm multitudinem miſericordiæ nominis tui.
Exaudiſti preces meas, & eduxiſti me de lacu miſeriæ & de fouea inimici.
Multa & mirabilia ſunt dona tua Domina: incomparabilia ſunt tuarum munera gratiarum.
Exultent & lætentur ſuper te omnes qui diligunt te: qui vero oderunt nomen tuum, corruant in infernum.
Benedicta ſis in æternum Domina: in ſæculum, & in ſæculum ſæculi.

Salmo 39.

Expectante esperaba tu gracia, Señora, y me trataste según la abundante misericordia de tu nombre.
Escuchaste mis oraciones, me sacaste del lago de miserias y del pozo del enemigo.
Diversos y admirables son tus dones, Señora; son incomparables tus dones agraciados.
Que exulten y se alegren todos los que te aman; y quienes en verdad rechazan tu nombre se precipiten al infierno.
Bendita seas en la eternidad, Señora, en este tiempo y por los siglos de los siglos.


Pſalmus 40.

Beata Maria quæ intelligis ſuper egenum & pauperem: in tuis laudibus iugiter permanentem.
Domina Angelorum, & Regina mundi: munda cor meū igne amoris & charitatis tuæ.
Tu es Mater illuminationis cordis mei: tu es nutrix refouens mentem meam.
Te cupit os meum collaudare : te affectat mens mea affectuoſiſſimè venerari.
Te deſiderat anima mea exorare: tuitioni tuæ ſe commendat tota ſubſtantia mea.

Gloria tibi ſit virginum Regina: duc nos obſecramus ad cælorum regna.

Salmo 40.

Bienaventurada María, tú comprendes al necesitado y al pobre que continuamente se mantienen en tu alabanza.
Señora de los ángeles y Reina del mundo, purifica mi corazón mediante el fuego de tu amor y tu caridad.
Tú eres la Madre que ilumina mi corazón, tú eres la Nutricia que reaviva mi mente [alma]. 
Mi boca desea alabarte, mi mente [alma] ansía venerarte llena de afecto.
Mi alma desea rogarte a ti, pues a tu cuidado se ha entregado toda mi esencia.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; te rogamos que nos guíes hacia el reino de los cielos.

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Oratio.

Ave Virgo ſacratiſſima, & inter mulieres benedicta, peculiari benedictione ſingulariter inſignis Maria, totius elegantiæ totiuſq; ſanctimoniæ femina, quæ ſupra choros Angelorum reſides, aſſeſſum Deo proximum ſortita: meas quæſo calamitates, meoſq; gemitus attende. Viſita me, & conſola inutilem feruum tuum, atque à peccatis abſolutum, redde tibi per omnia placentem, Amen.

Oración.

Salve, María, Virgen excesalmente sagrada y bendecida entre las mujeres con una particular bendición y con un distintivo singular, que resides por encima del coro de los ángeles y situado al lado de Dios por el destino, te pido que atiendas mis calamidades y mis gemidos. Visítame y consuela a este inútil siervo tuyo, absuelve sus pecados y que regrese a ti para para tu sola complacencia. Amén.  


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