13.1.15





Ad tertiam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit virginum Regina: duc nos obſecramus ad cælorum regna.

En tercia.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; te rogamos que nos guíes hacia el reino de los cielos.


Pſalmus 32.

Exultate iuſti in Virgine glorioſa: & in ſinceritate cordis collaudate eam.
Accedite ad eam cum reuerentia & deuotione: & delectetur cor veſtrum in ſalutatione illius.
Impendite illi ſacrificium laudis: & inebriamini ab vberibus dulcoris illius.
Influet enim vobis radios ſuæ pietatis: & clarificabit vos fulgoribus miſericordiæ ſuæ.
Suauiſſimos & dulciſſimus eſt fructus illius: in corde & ore Sapientis dulceſit.

Salmo 32.

Alégrense, justos, en la Virgen gloriosa; y alábenla con sincero corazón.
Acérquense a ella con reverencia y devoción, y que sus corazones se complazcan al saludarla.
Concédanle un sacrificio de alabanza y beban de la dulzura de sus pechos.
Que ella les envíe los destellos de su piedad y los ilumine con el resplandor de su misericordia.
Sumamente suave y dulce es su fruto, sabroso para el corazón y la boca del sabio.


Pſalmus 33.

Benedicam Dominam in omni tempore: & non deficiet laus eius in ore meo.
Magnificate eam mecum omnes: qui impinguati eſtis melle & lacte recreationis eius.
In periculis & rebus dubijs inuocare eam: & in neceſſitatibus veſtris inuenietis auxilium & refrigerium dulce.
Sumite exemplum conuerſationis eius: & æmulamini ſtudia charitatis & humilitatis illius.
Quia mitis & humillima fuiſti Virgo ſancta: increatum verbum ex te carnem aſſumere cœgiſti.

Salmo 33.

Bendigo a la Señora en todo tiempo y en mi boca nunca está ausente su alabanza.
Ensálzenla junto a mí todos lo que están empapados de la miel y leche de sus actividades.
Ante el peligro y las cuestiones dudosas invóquenla a ella, y en sus necesidades hallarán un dulce auxilio y consuelo.
Tomen el ejemplo de su conducta y aprendan a imitar su caridad y su humildad.
Pues fuiste mansa y humilde, santísima Virgen, y animaste al Verbo increado a asumir la carne.


Pſalmus 34.

Ivdica Domina nocentes mei & contra eos exurge & defende cauſam meam.
Anima mea in te lætabitur & in tuis beneficijs deuotus exultabo.
Gratia tua & dulcedine tua pleni ſunt cæli & terra: quocunque enim pergimus occurrit diffuſio tui vteri virginalis.
Ecce vndique nos tuis beneficijs irretiſti: & vbique tuæ benignitatis laqueos extendiſti.
Curramus ergo chariſſimi & tam nobilem ac dulcifluam Virginem ſalutemus: vt in ſuæ dulcedinis gremio quieſcam.

Gloria tibi ſit virginum Regina: duc nos obſecramus ad cælorum regna.

Salmo 34.

Juzga, Señora, a los que me agreden, levántate contra ellos y defiende mi causa.
Mi alma se regocija en ti y ante tus beneficios exulto con devoción.
De tu gracia y tu dulzura están llenos el cielo y la tierra; a dondequiera que vayamos se halla el fruto de tu vientre virginal.
Pues en todo lugar nos rodean tus beneficios y por todas partes has extendido la red de tu benignidad.
Vayamos, pues, mis muy queridos, a saludar a tan noble y dulce Virgen; descansemos en su dulce regazo.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; te rogamos que nos guíes hacia el reino de los cielos.


Oratio.

Eximia puritatis Virgo Maria, ſola ſancta & vere humilis, tamen ceteris ſanctis ſublimior, repurga quæſo cor meum à peccatorū ſordibus: tolle à me quidquid virgineis oculis tuis minus placet, ſegrega mentem meam à deſiderijs terrenis, & eam in amore rerum cæleſtium fige ad laudem Vnigeniti tui ſempiternam, Amen.

Oración.

María, Virgen de admirable pureza, única santa y verdaderamente humilde, mucho más elevada que los santos, te pido que limpies mi corazón de sus sucios pecados, retira de mí todo lo que no complace a tus ojos, aparta mi mente el deseo de lo terreno y fíjala en el amor por lo celestial, para eterna alabanza de tu unigénito. Amén. 


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