A.Mar-Lau.50-51.

Ad lavdes.

V. Domina in adiutorium meum intende.

R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cælis tolle nos ad aſtra.

En laudes.

V. Señora, ven en mi ayuda.

R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.

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Pſalmus 50.

Miſerere mei Domina: quæ Mater miſericordię nuncuparis.

Et ſecundùm viſcera miſericordiarum tuarum: munda me ab iniquitatibus meis.

Effunde gratiam tuam ſuper me: ſolitam clementiam tuam ne ſubtrahas à me.

Quoniam peccata mea confitebor tibi: & coram me accuſo de ſceleribus meis.

Fructus ventris tui me reconcilia: & pacifica me ei, qui me creauit.

Salmo 50.

Ten misericordia de mí, Señora, pues tú eres llamada: Madre de misericordia.

Y según la profundidad de tu misericordia, purifícame de mis iniquidades.

Infunde tu gracia sobre mí y no me apartes tu exclusiva clemencia.

Pues te he confesado mis pecados y ante ti me acuso por mis crímenes.

Con el fruto de tu vientre, reconcíliame; que esté en paz con él, que es quien me creó.

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Pſalmus 51.

Qvid gloriaria in malitia: ô maligne ſerpens draco tortuoſe ac infernalis.

Submitte caput tuum mulieri: cuius fortitudine ſubmergeris in profundum.

Contere eum Domina pede virtutis tuæ: exurge & diſſipa malitiam illius.

Extingue potentiam eius: & virtutem eius redige in fauillam.

Vt viuentes axultemus in nomine tuo: & læto animo dicamus tibi laudem.

Salmo 51.

¿Por qué te glorías en la malicia?, ¡oh!, serpiente maligna, dragón tortuoso e infernal.

Inclina tu cabeza ante la Mujer cuya fuerza te sumergirá a las profundidades [del abismo].

Destrózalo con los pies de tu virtud, Señora; levántate y disipa su malicia.

Extingue su poderío y sus fuerzas redúcelas a cenizas.

Así exultaremos con vida tu nombre y con ánimo alegre proferiremos alabanzas para ti.

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Canticvm.

Ego dixi circa dimidium dierum meorum: vadam ad Mariam, vt me Chriſto reconciliet.

Quæſiui refiduum annorum meorum: in amaritudine animæ meæ.

Generatio mea ablata eſt, quia pater & mater, & omnia dereliquerunt me: Maria autem aſſumpſit me.

Sperabam in illa manè, ſerò, & meridie: quaſi leo ſic contriuit omnia oſſa peccatorum meorum.

Et tu Domina mea eruiſti animam meam vt non periret & de manu carnis vnicam meam.

Domina ſaluum me fac: laudem tuam cantabo cunctis diebus vitæ meæ, ô pia Mater Domini mei.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cęlis tolle nos ad aſtra.

Cántico.

Me dije en la mitad de mis días: “Iré hacia María para que me reconcilie con Cristo”.

Buscaba entre los restos de mis años y en la amargura estaba mi alma.

Mi familia había desaparecido: mi padre y mi madre, y todos me habían abandonado; pero María me recibió [/adoptó].

Esperaba en ella por la mañana, por la noche y al mediodía; como un león que destroza todos los huesos eran mis pecados.

Y tú, Señora mía, rescataste a mi alma para que no pereciera, y a mi único cuerpo de ser prendido.

Señora, sálvame, haz que pueda cantar tu alabanza todos los días de mi vida, ¡oh!, piadosa Madre de mi Señor.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.

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Oratio.

Ave ſereniſſima, ſuauiſſima que Regis Meſſiæ genitrix Maria, millies deſiderata, eij ce è cordis mei penetralib’ quidquid ſordidum, mimuſque decorum eſt. Illumina tenebras meas interiores radio ſplendoris tui: vt vitijs diſſipatis atque deletis, pulchritudinem tuam purè contempler. Attende Domina, attende ſuſpiria animæ anhelantis ad te & ex plenitudine gratiarum tuarum aliquid cordi meo infunde, vt intimè te diligam, Amen.

Oración.

Salve, María, excelsamente serena y suave, que engendraste al Rey-Mesías, [tú] mil veces deseada, en lo profundo de mi corazón hay mucha suciedad y mi decoro es mentira. Que iluminen mis tinieblas interiores tus rayos resplandecientes, a fin de que mis vicios sean disipados y eliminados, y así pueda contemplar tu belleza pura. Atiende, Señora, atiende los suspiros de mi alma por ti y de la plenitud de tu gracia infúndele algo a mi corazón, para que así pueda amarte con intimidad. Amén.