23.1.15





Ad primam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cælis tolle nos ad aſtra.

En prima.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Pſalmus 52.

Dixit inſipiens inimicus in corde ſuo: hominem ejiciam de tabernaculo filiorum Dei.
Egrediar & ero ſpiritus mēdax in ore ſerpentis: & per feminam deijciam virum eius.
Sicut exaltantur, ô miſer, cæli à terra: ſic exaltatæ ſunt cogitationes Dei à cogitationibus tuis.
Noli extolli de caſu mulieris: mulier conteret caput tuū.
Tu illi foueam præpariſti: ſed in laqueo humilitatis illius capieris.

Salmo 52.

Dijo el insensato enemigo en su corazón: "Expulsaré al hombre del tabernáculo de los hijos de Dios.
Partiré y seré el espíritu mentiroso en boca de la serpiente, y por la mujer expulsaré a [quien es] su hombre".
¡Oh, miserable!, así como se eleva el cielo sobre la tierra, así de elevados son los pensamientos de Dios por encima de tus pensamientos.
No te enorgullezcas por lo sucedido con la mujer, pues la Mujer destrozará tu cabeza.
Tú le preparaste a ella un foso, pero en la trampa de su humildad caerás.

...

Pſalmus 53.

Domina in nomine tuo ſaluum me fac: & ab iniustitijs meis libera me.
Vt non noceat mihi calliditas inimici: ſub vmbra alarum tuarum protege me.
O Domina mea adiuua me: & gratiam tuam largire animę meæ.
Voluntariè offeram tibi ſacrificium laudis: & confitebor nomini tuo, quoniam bonum eſt.
Quoniam ex omni tribulatione liberabis me: & inimicos meos deſpiciet oculus meus.

Salmo 53.

Señora, sálvame por tu nombre y liberáme de las injusticias sobre mí.
A fin de que no me dañe la destreza de mi enemigo, protégeme bajo la sombra de tus alas.
¡Oh, Señora mía, protégeme!, y concédele tu gracia a mi alma.
Libremente te ofreceré un sacrificio de alabanza; y celebraré tu nombre, porque es generoso.
Porque me has liberado de toda tribulación, y mis ojos despreciarán a mis enemigos.


Pſalmus 54.

Exaudi Domina orationem meam: & ne contemnas deprecationem meam.
Contriſtatus ſum in cogitatione mea: quia iudica Dei pertretuerunt me.
Tenebræ mortis venerunt ſuper me: & pauor inferni horribiliter inuaſit me.
Ego autem in ſolitudine expecto conſolationem tuam: & in cubili meo præſtolor miſericordiam tuam.
Glorifica manum & dextrum brachium tuum: vt proſternantur a nobis inimici noſtri.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cęlis tolle nod as aſtra.

Salmo 54.

Escucha mi oración, Señora, y no desprecies mi súplica.
Me siento afligido en mis pensamientos, pues los juicios de Dios me aterrorizan.
Las tinieblas de la muerte vienen sobre mí y el pavor al terrible infierno me invade.
Yo, por lo tanto, en la soledad espero tu consuelo y en mi lecho aguardo tu misericordia.
Glorifica tu mano y tu brazo derecho, y que se postrernen ante nosotros nuestros enemigos.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Oratio.

Ave feminarum pulcherrima Virgo Maria, oſtende mihi precor faciem tuam, ſoner vox tua dulcis in auribus meis, cuius auditu reuiuiſcat, reſurgatque ſpiritus meus à morte peccati, & ſomno tepidæ conuerſationis. Concede mihi obſecro, vt amor tui ingrediatur in thalamum pectoris mei, & omnia interiora mea feliciter occupet, vt mundana prorſus faſtidiam, Amen.

Oración.

Salve, Virgen María, la más hermosa entre las mujeres, te ruego que me muestres tu rostro; que resuene tu dulce voz en mis oídos, pues su escucha vivifica; resucita mi espíritu de la muerte del pecado y sácalo del sueño lánguido. Haz, te lo suplico, que tu amor penetre hasta el tálamo de mi pecho y que ocupe alegremente todo mi interior, a fin de que rechace por completo lo mundano. Amén.


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