31.12.14




Ad tertiam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.
Gloria tibi ſit orphanorum Mater: fac nobis gratus ſit omnipotens Pater.

En tercia.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Madre de los huérfanos; haz que seamos gratos al Padre omnipotente.

...

Pſalmus 9.

Confitebor tibi Domina in toto corde meo: & narrabo in populis laudem gloriam tuam.
Tibi enim debetur gloria: & gratiarum actio, & vox laudis.
Inueniant gratiam peccatores Deum: per te inuentricem gratiæ & ſalutis.
Reſpirent ad indulgentiam humiles pœnitentes: ſana cōtritiones cordis eorum.
In pulchritudine pacis, & requie opulenta cibabis nos: poſt laborem peregrinationis noſtræ.

Salmo 9.

Te alabo, Señora, con todo mi corazón; y en los pueblos manifiesto tu laudable gloria.
A ti, en verdad, te corresponden la gloria, la acción de gracias y las voces de alabanza.
Los pecadores hallan la gracia de Dios por ti, generadora de gracia y salvación.
Que los humildes penitentes respiren la indulgencia y sana tú sus contritos corazones.
Susténtanos en una hermosa paz y abundante reposo después de la labor en nuestro peregrinaje.

Pſalmus 10.

In Domina confido: propter dulcedinem miſericordiæ nominis ſui.
Oculi eius in pauperem reſpiciunt: & manus eius ad pupillum & viduam ſunt extenſæ.
Exquirite illam à iuuentute veſtra: & clarificabit vos ante faciem populorum.
Miſericordia illus noſtrorum auferat multitudinem peccatorum: & fecunditas illius Deo grata, fecunditatem nobis conferat meritorum.
Extende ad nos brachium tuum Virgo glorioſa: & ne auertas à nobis glorioſum vultum tuum.

Salmo 10.

Yo confío en la Señora a causa de la dulzura de su misericordioso nombre.
Sos ojos observan a los pobres, y sus manos se extienden hacia los huérfanos y viudas.
Búsquenla a ella desde su juventud y ella los glorificará ante la faz de los pueblos.
Que su misericordia remueva la multitud de nuestros pecados, y que su fecundidad agradable a Dios nos confiera méritos fecundos.
Extiende hacia nosotros tus brazos, Virgen gloriosa, y no apartes de nosotros tu glorioso rostro.


Pſalmus 11.

Saluum me fac Mater pulchræ dilectionis: fons clementiæ, & dulcor pietatis.
Girum terræ ſola circuis: vt ſubuenias inuocantibus te.
Pulchræ ſunt viæ tuæ: & ſemitæ tuæ pacificæ.
In te refulget ſpecies caſtitatis: lumen iuſtitiæ, & ſplendor veritatis.
Amicta ſolari lumine ſicut veſtimento: duodecim ſtellarum corona rutilas radianti.

Gloria tibi ſit orphanorum Mater: fac nobis gratus ſit omnipotens Pater.

Salmo 11.

Sálvame, Madre de amor puro, fuente de clemencia y de dulce piedad.
Solo tú te extiendes alrededor de la tierra para ayudar a los que te invocan.
Tus caminos son hermosos y tus senderos son pacíficos.
En ti resplandece especialmente la castidad, la luz de la justicia y el esplendor de la verdad.
Te has revestido con la luz del sol como con un manto y tu corona de doce estrellas es resplandeciente.

Gloria a ti, Madre de los huérfanos; haz que seamos gratos al Padre omnipotente.


Oratio.

Ave magnifica aula, & ſplendidum palatium Imperatoris æterni Maria: ſalue odoriferum Deitatis reclinatorium. Præſta, vt inter procellas huius vitæ ſemper ad te tendam, & contemptis rebue viſibilibus, amænas illas pulchritudines pulchraſq; amænitates Paradiſi contemplari valeam, Amen.

Oración.

Salve, María, magnífico aposento y espléndido palacio del Emperador eterno; salve, aromático reclinatorio de la Deidad. Haz que en medio de las tempestades de la vida siempre tienda hacia ti; que rechace los sucesos visibles, aun cuando sean agradables y muy hermosos, a fin de poder contemplar los hechos del paraíso. Amén.    


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30.12.14




Ad primam.

V. Domina in aiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit orphanorum Mater: fac nobis gratus ſit omnipotens Pater.


En prima.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Madre de los huérfanos; haz que seamos gratos al Padre omnipotente.


...

Pſalmus 6.

Domina ne in furore Dei ſinas me corripi: neque in ira eius iudicari.
Propter honorem nominis tui Domina: propitietur nobis fructus glorioſus ventris tui.
De porta inferi, & de ventre abyſſi: tuis ſanctis precibus libera nos.
Aperiantur nobis ianue ſempiternæ: vt enarremus in æternum mirabilia tua.
Quia neque mortui, neque qui in inferno ſunt laudabunt te Domina: ſed qui tua gratia vitam æternam poſſidebunt.

Salmo 6.

Señora, no permitas que Dios me corrija con furor ni que me juzgue con ira.
Que a causa de tu nombre, Señora, el glorioso fruto de tu vientre sea favorable con nosotros.
Que de las puertas del infierno y del vientre del abismo nos liberen tus santas oraciones.
Que nos sean abiertas las puertas de la eternidad para que anunciemos por siempre tus maravillas.
Pues ni los muertos ni los que están en el infierno pueden alabarte, Señora, sino aquellos que por tu gracia han obtenido la vida eterna.


Pſalmus 7.

Domina mea in te ſperaui: de inimicis meis libera animam meam.
Conclude ora leonis & dentes eius: & labia perſequentium conſtringe.
Ne moreris propter nomen tuum: nobis impertiri miſericordiam tuam.
Splendor vultus tui fulgeat ſuper nos: & vota noſtra apud altiſſimum.

Salmo 7.

Señora mía, yo espero en ti; libera a mi alma de mis enemigos.
Cierra la dentada boca del león y refrena los labios de quienes me persiguen.
No tardes, a causa de tu nombre, en concedernos tu misericordia.
Que el resplandor de tu rostro brille sobre nosotros y nuestros votos bajo el Altísimo.


Pſalmus 8.

Domina, Dominus noſter ſanctus eſt per te frater & Saluator noſter.
Vt ignis in rubo, & ros in vellere: in te deſcendit æternum Dei verbum.
Spiritu ſancto fecundante: obumbrauit tibi virtus altiſſimi.
Benedictus ſit mundiſſimus conceptus tuus: benedictus ſit partus tuus virgineus.
Benedicta ſit munditia carnis tuæ: benedicta ſit dulcedo miſericordiæ cordis tui.

Gloria tibi ſit orphanorum Mater: fac nobis gratus ſit omnipotens Pater.

Salmo 8.

Señora, por ti nuestro santo Señor es nuestro hermano y Salvador.
Tal como el fuego sobre la zarza y como el rocío sobre el vellón, el eterno Verbo de Dios ha descendido sobre ti.
El Espíritu Santo te he fecundado, te ha cubierto la sombra de virtud del Altísimo.
Bendita sea tu concepción excelsamente pura; bendito sea tu parto virginal.
Bendita sea tu cuerpo puro; bendita la dulce misericordia de tu corazón.

Gloria a ti, Madre de los huérfanos; haz que seamos gratos al Padre omnipotente.


Oratio.

Ave benigniſſima miſericordia Mater, ſalue venię gratiæ que conciliatrix optatiſſima Maria, noſtrum in rebus dubijs lumen, in mœrore ſolatium, & in tentationibus refugium. Tuæ pietati commendo animam meam, & corpus meum: dirige, doce & protege me ſingulis horis atque momentis vitæ meæ. Amen.

Oración.

Salve, bondadosa Madre de Misericordia; salve, María, que intercedes efectivamente por la gracia del perdón, luz ante nuestras cuestiones dudosas, consuelo ante nuestras desgracias y refugio frente a las tentaciones. A tu piedad encomiendo mi alma y mi cuerpo: dirígeme, instrúyeme y protégeme en toda hora y momento de mi vida. Amén.


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28.12.14





Ad lavdes.

V. Domina in adiuuandum meum intende.
R. Domina ad adiutorium me feſtina.

Gloria tibi ſit orphanorum Mater: fac nobis gratus ſit omnipotens Pater.


En laudes.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Madre de los huérfanos; haz que seamos gratos al Padre omnipotente.


Pſalmus 4.

Cvm inuocarem exaudiſti me Domina: & de ſublimi ſolio tuo mei dignata es recordari.
A rugientibus preparatis ad eſcam: & de manibus quærentium me liberatus ſum gratia tua.
Quoniam benigna eſt miſericordia & pietas tua: in omnes qui inuocat nomen ſanctum tuum.
Benedicta ſis Domina in æternum: & maieſtas tua exaltetur in ſæculum ſæculi.
Glorificate eam gentes in virtute veſtra: & cuncti populi terræ extollite magnificentiam eius.

Salmo 4.

Cuando te invoqué, tú me escuchaste, Señora; y desde tu sublime trono te has dignado recordarme.
De los que rugen preparados para devorar, y de las manos de los que me buscaban, me ha librado tu gracia.
Pues tu misericorida y piedad son generosas con todos aquellos que invocan tu santo nombre.
Bendita seas en la eternidad, Señora, y que tu majestad sea exaltada por los siglos de los siglos.
Que todas las naciones la glorifiquen por su virtud y que todos los pueblos de la tierra exalten su magnificencia.


Pſalmus 5.

Verba mea auribus percipe Domina: & ne auertas à me ſpecioſitatem vultus tui.
Conuerte luctum noſtrum in gaudium: & tribulationem noſstram in iubilationem.
Corruant ante pedes noſtros inimici noſtri: virtute tua eorum capita conterantur.
Benedicat te omnis lingua: & nomen ſanctum tuum confiteatur omnis caro.
Spiritus enim tuus ſuper mel dulcis: & hereditas tua ſuper mel & fauum.

Salmo 5.

Que tus oídos perciban mis palabras, Señora, y no apartes de mí la preciosidad de tu rostro.
Convierte nuestro lamento en alegría y nuestra tribulación en júbilo.
Que nuestros enemigos caigan a nuestros pies; que tu virtud [poder] destroce sus cabezas.
Que toda lengua te bendiga y que toda carne confiese tu santo nombre.
Tu espíritu es más dulce que la miel, y tu heredad más que la miel y el panal.


Canticvm.

Benedicite omnia opera Dominæ glorioſæ: laudate & ſuperexaltate eam in ſæcula.
Benedicite omnis creatura Dominam noſtram: quam Rex ſic voluit benedici.
Benedicta ſis ô ſummi Regis filia: quæ odore præis cuncta lilia.
Benedicta ſis corona dominarum omnium: benedicta ſis gloria Ieruſalem.
Odor tuus ſicut agri pleni, cui benedixit Dominus: qui in benedicentes te redundat, irrigans omnia intima eorum.
Qui benedixerit tibi, ô Virgo ſacrata, ſit ille iugiter benedictus: qui maledixerit tibi, roſa candidiſſima, ſit ille maledictus.
Non recedat de domo ſeruorum tuorum: vini & olei abundantia.
In nomine tuo omne genu flectatur: cæleſtium, terreſtrium, & infernorum.
Benedicamus Deum qui te creauit: benedictus vterque parens qui te generauit.
Benedicta ſis Domina in cælo & in terra: laudabilis & glorioſa & ſuperexaltata in ſæcula.

Cántico.

Bendigan todas las obras a la gloriosa Señora, alábenla y exáltenla por los siglos.
Bendiga toda criatura a nuestra Señora, a quien el Rey quiso bendecir.
Bendita seas, ¡oh, Hija del Rey Supremo!, cuyo aroma supera al de todos los lirios.
Bendita seas corona de todas las señoras [soberanas], bendita seas gloria de Jerusalén.
Tu aroma es como la de un campo lleno [de frutos] al que el Señor ha bendecido; él colma a quienes te bendicen e irriga toda su intimidad.
Quienes te bendigan, ¡Oh, Virgen Sagrada!, sean continuamente bendecidos; y quienes te maldigan, Rosa Resplandeciente, sean también maldecidos.
No se aparte del hogar de tus siervos la abundancia del vino y del aceite.
Que ante tu nombre se doble toda rodilla: en los cielos, en la tierra y en los infiernos.
Bendigamos a Dios, que te creó; bendigamos también a los padres que te engendraron.
Bendita seas, Señora, en el cielo y en la tierra; digna eres de alabanza, de gloria y de ser exaltada a lo largo de los siglos.



Oratio.

Ave Domina præcellentiſſima, & inter Sanctos poſt Deum ſanctiſſima Maria: quæ virginea fecunditate fecundaque virginitate admirabilis, Ieſum Chriſtum mundi Saluatorem genuiſti: gratiſſimum DEI templum, & Spiritus ſancti venerandum ſacrarium. Inclina queſo aures tuæ pietatis precibus huius ſerui tui: & caliginem vitiorum meorum tuæ ſanctitatis radijs diſſipa, vt tibi placeam in æternum, Amen.

Oración.

Salve, excelentísima Señora: María, la más santa entre los santos después de Dios, de admirable fecundidad virginal y de virginidad fecunda, y quien engendró a Jesucristo, salvador del mundo; eres el templo de Dios excelsamente agradable y el venerable sagrario del Espíritu Santo. Inclina tu piadosa escucha a las oraciones de tu siervo: que el brillo de tu santidad disipe la bruma de mis vicios y que por ti sea situado en la eternidad. Amén.


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27.12.14




Psalterivm B. Mariæ Virginis,
a s. Bonaventura editvm.

Monachii,
apud Melchiorem Segen.
MDCXLII.


Salterio de la B. Virgen María
según la edición de san Buenaventura.

Múnich,
bajo [la editorial de] Melchor Segen.
1642.


DIE DOMINICA.

Ad matvtinas.

Antiphona.

Sub tuum preſidium confugimus Dei Genitrix, noſtras deprecationes ne deſpicias in neceſſitatibus, ſed a periculis cunctis libera nos ſemper Virgo benedicta. Amen.

V. Domina labia mea aperies.
R. Et os meum annuntiabit laudem tuam.
V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit orphanorum Mater: fac nobis gratus ſit omnipotens Pater. Amen.


DÍA DOMINGO.

En maitines.

Antífona.

Bajo tu amparo nos refugiamos Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas frente a las necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, Virgen bendita. Amén.

V. Señora, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Madre de los huérfanos; haz que seamos gratos al Padre omnipotente. Amén.



Pſalmus 1.

Beatus vir qui diligit nomē tuum Virgo Maria: gratia tua animam eius confortabit.
Tanquam lignum aquarum fontibus irrigatum: vberrimos iuſtitiæ fructus propagabit.
Benedicta tu inter mulieres: propter humilitatem et credulitatem cordis tui.
Vniuerſas enim feminas vincis pulchritudine carnis: ſuperas Angelos & Archangelos excellentia ſanctitatis.
Misericordia, & gratia vbique prædicantur: Deus operibus manuum tuarum benedixit.

Salmo 1.

Bendito el hombre que ama tu nombre, Virgen María, pues tu gracia fortalecerá a su alma.
Al igual que un bosque irrigado por las fuentes de agua, tú aumentarás [en él] el valioso fruto de la justicia.
Bendita tú eres entre las mujeres a causa de la humildad y confianza de tu corazón.
La belleza de tu cuerpo vence al de las mujeres del universo, y la excelencia de tu santidad supera a la de los ángeles y arcángeles.
Tu misericordia y tu gracia son predicadas en todas partes; Dios ha bendecido la obra de tus manos.



Pſalmus 2.

Qvare fremuerunt inimici noſtri: & aduerſum nos meditate ſunt inania?
Protegat nos dextera tua Mater Dei: vt acies terribilis confundens ac deſtruens eos.
Venite ad eam omnes qui laboratis & tribulati eſtis: & refrigerium dabit animabus veſtries.
Accedite ad eam in tentationibus veſtries: & ſtabiliet vos ſerenitas vultus eius.
Benedicite illam in toto corde veſtro: misericordia enim illius plena eſt omnis terra.

Salmo 2.

¿Por qué nuestros furiosos enemigos y adversarios cavilan contra nosotros de manera tan inútil?
Que tu diestra nos proteja, Madre de Dios; y como un ejército terrible, confúndelos y destrúyelos.
Vengan a ella, todos los que trabajan y están afligidos, y ella aliviará sus almas.
Bendíganla con todo su corazón, pues de su misericordia está llena toda la tierra.


Pſalmus 3.

Domina quid multiplicati ſunt qui tribulant me? In tempeſtate tua perſequeris & diſſipabis eos.
Diſſolue colligationes impietatis noſtræ: tolle faſciculos peccatorum noſtrorum.
Miſerere mei Domina, & ſana infirmitatem meam: tolle dolorem & anguſtiam cordis mei.
Ne tradas me in manibus inimicorum meorum: & in die mortis meæ conforta animam meam.
Deduc me ad portum ſalutis: & ſpiritum meum redde creatori ſuo.

Gloria tibi ſit orphanorum Mater: fac nobis gratus ſit omnipotens Pater.

Salmo 3.

Señora, ¿por qué se multiplican los que me atormentan? Tú los perseguirás durante la tempestad y los disiparás.
Disuelve las ataduras de nuestra impiedad, retira el peso de nuestros pecados.
Ten piedad de mí, Señora, y sana mi enfermedad; retira el dolor y la angustia de mi corazón.
No me entregues a manos de mis enemigos y el día de mi muerte fortalece a mi alma.
Condúceme al puerto de la salvación y regresa mi espíritu a su Creador.

Gloria a ti, Madre de los huérfanos; haz que seamos gratos al Padre omnipotente.



Canticvm.

Te Matrem Dei laudamus: te Mariam Virginem profitemur.
Te æterni Patris ſponſam: omnis terra veneratur.
Tibi omnes Angeli & Archangeli: tibi omnes Principatus humiliter ſeruiunt.
Tibi omnes poteſtates & ſupernæ Virtutes cæli cœlorum, & vniuerſæ dominationes obediunt.
Tibi omnes Throni, tibi Cherubim & Seraphim: exultantes aſſistunt.
Tibi omnes Angelicæ creature: inceſſabili voce proclamant.

Sancta, sancta, sancta, Maria Dei genitrix, Mater & Virgo.

Pleni ſunt cæli & terra: maieſtatis gloriæ fructus ventris tui.
Te glorioſus Apoſtolorum Chorus: ſui Creatoris Matrem collaudat.
Te Martyrum cœtus candidatus: Chriſti Genitricem glorificat.
Te glorioſus Confeſſorum exercitus: Trinitatis templum apellat.
Te amabilis Chorus virginum: ſuæ virginitatis exemplum prædicat.
Te tota cæleſtis curia: Cælorum Reginam honorat.
Te per vniuerſum orbem: Ecclesia ſancta inuocando concelebrat.
Matrem: diuinæ Maieſtatis.
Venerandam te veram Regis cæleſtis Puerperam.
Sanctam quoque: dulcem & piam.
Tu Angelorum Domina.
Tu Paradiſi Ianua.
Tu Scala Regni Cæleſtis.
Tu Regis Gloriæ Thalamus.
Tu Arca Pietatis & Gratiæ.
Tu Vena Miſericordiæ.
Tu Refugium Peccatoris.
Tu es Mater Saluatoris.
Tu ad liberandum exulem hominem: Filium Dei ſuſcepiſti vterum.
Per te expugnato hoſte antiquo: ſunt aperta fidelibus regna cælorum.
Tu cum Filio tuo ſedes: ad dexteram Patris.
Tu ipſum pro nobis roga Virgo Maria: quem ad nos iudicandum credimus esse venturum.
Te ergo poscimus nobis famulis tui ſubueni: qui pretioso ſanguine Filij tui ſumus redempti. 
Æterna fac Virgo ſerena: cum ſeruis tuis in gloria præmiari.
Salum fac populum tuum Domina: vt ſimus participes hereditatis tuæ.
Et rege nos & extolle nos: vſque in æternum.
Perſingulos dies: ô pia te ſalutamos.
Et laudare te cupimus in æternum: deuota mente & voce.
Dignare dulcis Maria: nunc & ſemper nos ſine delicto cōſeruare.
Miſerere nobis pia: miſerere nobis.
Fiat miſericordia tua magna nobiſcum: quia in te dulcis Maria confidimus.
In te clementiſſima Domina ſperamus: defende nos in æternum, Amen.

Te decet laus, te decet imperium: tibi virtus & gloria in ſæcula ſæculorum, Amen.


Cántico.

Te alabamos como Madre de Dios, te confesamos como María Virgen.
Tú eres la eterna Esposa del Padre, toda la tierra te venera.
A ti, todos los ángeles y arcángeles, y todos los principados, te sirven humildemente.
A ti, todas las potestades y las elevadas virtudes del cielo de los cielos, y también las dominaciones, te obedecen.
A ti, todos los tronos, los querubines y serafines, te asisten exultantes.
A ti, todas las criaturas angélicas, con voz incesante proclaman:

Santa, santa, santa, María, Madre de Dios, Madre y Virgen.

Los cielos y la tierra están llenos de la majestuosa gloria del fruto de tu vientre.
El glorioso coro de los apóstoles te alaba como la Madre del Creador.
La resplandeciente multitud de mártires te glorifica como Madre de Cristo.
El glorioso ejército de confesores te nombra como Templo de la Trinidad.
El agradable coro de las vírgenes aclama el ejemplo de tu virginidad.
A ti, toda la corte celestial te honra como Reina de los Cielos.
A ti, la santa Iglesia te invoca y te celebra en todo el orbe.
Madre de divina majestad.
A ti te veneran como Puérpera del Rey celeste.
Eres santa, dulce y piadosa.
Tú eres la Señora de los Ángeles.
Tú eres la Puerta del Paraíso.
Tú eres la Escala al Reino Celestial.
Tú eres el Tálamo del Rey de la Gloria.
Tú eres el Arca de la Piedad y de la Gracia.
Tú eres la Fuente de la Misericordia.
Tú eres el Refugio de los Pecadores.
Tú eres la Madre del Salvador.
Tú, para liberar al hombre desterrado, concebiste al Hijo de Dios en tu vientre.
Tú subyugas al antiguo enemigo y abres el reino de los cielos a los fieles.
Tú estás junto al Hijo a la diestra del Padre.
Tú, Virgen María, ruega por nosotros ante quien creemos que vendrá para juzgarnos.
A ti, por lo tanto, hemos venido tus siervos para pedirte; somos quienes hemos sido redimidos por la preciosa sangre de tu Hijo.
Haz, Virgen pura, que seamos recompensados junto a tus siervos en la gloria eterna.
Salva a tu pueblo, Señora, para que seamos partícipes de tu herencia.
Rígenos y elévanos hacia la eternidad.
Todos los días, ¡Oh, Piadosa!, te saludamos.
Y a ti queremos alabarte en la eternidad con una mente y voz devotas.
Dígnate, dulce María, a preservarnos hoy y siempre de toda falta.
Ten misericordia de nosotros, Piadosa, ten misericordia de nosotros.
Que tu grandiosa misericordia llegue a nosotros, pues en ti, dulce María, confiamos.
En ti, muy clemente Señora, esperamos; defiéndenos en la eternidad. Amén.

A ti sea la alabanza, para ti sea el imperio, a ti la virtud y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.


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