Ad lavdes.
V. Domina in adiuuandum meum
intende.
R. Domina ad adiutorium me
feſtina.
Gloria tibi ſit orphanorum
Mater: fac nobis gratus ſit omnipotens Pater.
En laudes.
V.
Señora, ven en mi ayuda.
R.
Señora, date prisa en ayudarme.
Gloria
a ti, Madre de los huérfanos; haz que seamos gratos al Padre omnipotente.
…
Pſalmus 4.
Cvm inuocarem exaudiſti me
Domina: & de ſublimi ſolio tuo mei dignata es recordari.
A rugientibus preparatis ad
eſcam: & de manibus quærentium me liberatus ſum gratia tua.
Quoniam benigna eſt
miſericordia & pietas tua: in omnes qui inuocat nomen ſanctum tuum.
Benedicta ſis Domina in æternum:
& maieſtas tua exaltetur in ſæculum ſæculi.
Glorificate eam
gentes in virtute veſtra: & cuncti populi terræ extollite magnificentiam
eius.
Salmo 4.
Cuando
te invoqué, tú me escuchaste, Señora; y desde tu sublime trono te has dignado
recordarme.
De
los que rugen preparados para devorar, y de las manos de los que me
buscaban, me ha librado tu gracia.
Pues
tu misericorida y piedad son generosas con todos aquellos que invocan tu santo
nombre.
Bendita
seas en la eternidad, Señora, y que tu majestad sea exaltada por los siglos de
los siglos.
Que
todas las naciones la glorifiquen por su virtud y que todos los pueblos de la
tierra exalten su magnificencia.
…
Pſalmus 5.
Verba mea auribus percipe
Domina: & ne auertas à me ſpecioſitatem vultus tui.
Conuerte luctum noſtrum in
gaudium: & tribulationem noſstram in iubilationem.
Corruant ante pedes noſtros
inimici noſtri: virtute tua eorum capita conterantur.
Benedicat te omnis lingua:
& nomen ſanctum tuum confiteatur omnis caro.
Spiritus enim tuus ſuper mel
dulcis: & hereditas tua ſuper mel & fauum.
Salmo 5.
Que
tus oídos perciban mis palabras, Señora, y no apartes de mí la preciosidad de
tu rostro.
Convierte
nuestro lamento en alegría y nuestra tribulación en júbilo.
Que
nuestros enemigos caigan a nuestros pies; que tu virtud [poder] destroce sus
cabezas.
Que
toda lengua te bendiga y que toda carne confiese tu santo nombre.
Tu
espíritu es más dulce que la miel, y tu heredad más que la miel y el panal.
…
Canticvm.
Benedicite
omnia opera Dominæ glorioſæ: laudate & ſuperexaltate eam in ſæcula.
Benedicite omnis creatura
Dominam noſtram: quam Rex ſic voluit benedici.
Benedicta ſis ô ſummi Regis
filia: quæ odore præis cuncta lilia.
Benedicta ſis corona dominarum omnium: benedicta ſis gloria Ieruſalem.
Odor tuus ſicut agri pleni, cui
benedixit Dominus: qui in benedicentes te redundat, irrigans omnia intima
eorum.
Qui benedixerit tibi, ô Virgo
ſacrata, ſit ille iugiter benedictus: qui maledixerit tibi, roſa candidiſſima,
ſit ille maledictus.
Non recedat de domo ſeruorum
tuorum: vini & olei abundantia.
In nomine tuo omne genu
flectatur: cæleſtium, terreſtrium, & infernorum.
Benedicamus Deum qui te
creauit: benedictus vterque parens qui te generauit.
Benedicta ſis Domina in cælo
& in terra: laudabilis & glorioſa & ſuperexaltata in ſæcula.
Cántico.
Bendigan
todas las obras a la gloriosa Señora, alábenla y exáltenla por los siglos.
Bendiga
toda criatura a nuestra Señora, a quien el Rey quiso bendecir.
Bendita
seas, ¡oh, Hija del Rey Supremo!, cuyo aroma supera al de todos los lirios.
Bendita
seas corona de todas las señoras [soberanas], bendita seas gloria de Jerusalén.
Tu
aroma es como la de un campo lleno [de frutos] al que el Señor ha bendecido; él
colma a quienes te bendicen e irriga toda su intimidad.
Quienes
te bendigan, ¡Oh, Virgen Sagrada!, sean continuamente bendecidos; y quienes te
maldigan, Rosa Resplandeciente, sean también maldecidos.
No
se aparte del hogar de tus siervos la abundancia del vino y del aceite.
Que
ante tu nombre se doble toda rodilla: en los cielos, en la tierra y en los
infiernos.
Bendigamos
a Dios, que te creó; bendigamos también a los padres que te engendraron.
Bendita
seas, Señora, en el cielo y en la tierra; digna eres de alabanza, de gloria y
de ser exaltada a lo largo de los siglos.
…
Oratio.
Ave Domina præcellentiſſima,
& inter Sanctos poſt Deum ſanctiſſima Maria: quæ virginea fecunditate
fecundaque virginitate admirabilis, Ieſum Chriſtum mundi Saluatorem genuiſti:
gratiſſimum DEI templum, & Spiritus ſancti venerandum ſacrarium. Inclina
queſo aures tuæ pietatis precibus huius ſerui tui: & caliginem vitiorum meorum
tuæ ſanctitatis radijs diſſipa, vt tibi placeam in æternum, Amen.
Oración.
Salve,
excelentísima Señora: María, la más santa entre los santos después de Dios, de
admirable fecundidad virginal y de virginidad fecunda, y quien engendró a
Jesucristo, salvador del mundo; eres el templo de Dios excelsamente agradable y
el venerable sagrario del Espíritu Santo. Inclina tu piadosa escucha a las
oraciones de tu siervo: que el brillo de tu santidad disipe la bruma de mis
vicios y que por ti sea situado en la eternidad. Amén.
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