Ad vesperas.
V. Domina in adiutorium meum
intende.
R. Domina ad adiuuandum me
feſtina.
Gloria tibi ſit virginum
Regina: duc nos obſecramus ad cælorum regna.
En
vísperas.
V.
Señora, ven en mi ayuda.
R.
Señora, date prisa en ayudarme.
Gloria
a ti, Reina de las vírgenes; te rogamos que nos guíes hacia el reino de los
cielos.
…
Pſalmus 41.
Qvemadmodum deſiderat ceruus ad
fontes aquarum: ita ad amorem tuum anhelat anima mea Virgo ſancta.
Quia tu es genitrix vitæ animæ
meæ: & altrix reparatoris carnis meæ.
Quia
tu es lactatrix Saluatoris animæ meæ: initium & finis totius ſalutis meæ.
Exaudi me Domina, vt mundentur ſordes
meæ: illumina me, vt illustrentur tenebræ meæ.
Accendatur amore tepor meus:
gratia tua expergiſcatur
torpor meus.
Salmo 41.
Al
igual que el ciervo desea las fuentes de agua, así también mi alma anhela tu
amor, Virgen santa.
Pues
tú eres la Madre de la vida del alma mía y la Nutricia que restaura mi cuerpo.
Pues
tú eres la que amamantó al Salvador de mi alma, el principio y fin de toda mi
salvación.
Escúchame,
Señora, purifica mi impureza; ilumíname, para que mis tinieblas se iluminen.
Que
se inflame de amor mi cariño, que tu gracia aligere mi torpeza.
…
Pſalmus 42.
Ivdica
me Domina, & diſcerne
cauſam
meam de gente peruerſa:
à ſerpente
maligno, a dracone peſtifero
libera me.
Sancta
fecunditas tua diſpersat
eum: beata Virginitas tua conterat caput eius.
Sanctæ
preces tuæ corroborent nos contra eum: ſancta merita tua exinaniant
virtutem eius.
Perſecutorem
animæ meæ mitte in abyſſum: puteus infernalis deglutiant eum viuentem.
Ego
autem in terra captiuitatis meæ benedicam nomen tuum: & glorificabo te in ſæcula ſæculorum.
Salmo 42.
Júzgame,
Señora, y aparta mi causa de la gente perversa; de la maligna serpiente, del
pestífero dragón, libérame.
Que
tu sagrada fecundidad lo destruya, que tu bendita virginidad destroce su
cabeza.
Que
tus santas oraciones nos fortalezcan contra él, que tus sagrados méritos lo
despojen de su poder.
A
los que persiguen mi alma arrójalos al abismo, que el foso infernal los consuma
vivos.
Y
yo, en la tierra de mi cautividad, bendeciré tu nombre y te glorificaré por los
siglos de los siglos.
…
Pſalmus 43.
Domina
auribus noſtris
audiuimus: patres noſtris
audiuimus: patres noſtris
annuntiauerunt nobis.
Quàm ineffabilia ſunt
merita tua: & quàm ſtupenda miracula tua.
Quamque innumerabiles ſunt
virtutes tuæ: & inæſtimabiles miſericordiæ tuæ.
Exulta igitur anima mea, &
lætare in illa: quia multa bona ſunt eius
laudatoribus præparata.
Benedicta ſis
Regina Angelorum: & à Deo magnificentur laudatores magnificentiæ tuæ.
Gloria tibi ſit
virginum Regina: duc nos obſecramus ad cælorum regna.
Salmo 43.
Señora,
nuestros oídos escucharon, escuchamos a nuestros padres, lo que nuestros padres
nos anunciaron.
¡Cuán
inefables son tus méritos y cuán estupendos tus milagros!
¡Cuán
innumerables son tus virtudes y cuán inestimable tu misericordia!
Por
eso exulta mi alma y se regocija en ella, pues muchos son los beneficios
dispuestos para quienes la alaban.
Bendita seas Reina de los ángeles; es a Dios que magnifican quienes alaban tu magnificencia.
Bendita seas Reina de los ángeles; es a Dios que magnifican quienes alaban tu magnificencia.
Gloria
a ti, Reina de las vírgenes; te rogamos que nos guíes hacia el reino de los
cielos.
…
Oratio.
Ave ſingulare
cæli ornamentum, ſingulareq; terræ præſidium
Maria: ſalue Regis æterni Mater glorioſa:
gaude gratiæ perditæ inſtauratrix optatiſſima. Regina miſericordiæ, vitæ dulcedo, ad te clamo miſerabilis
Euæ filius, & exul paradiſo, ne me precor auerferis ſed
laborantem adiuua, pugnantem protege, vacillantem confirma: & benedictum
fructum ventris tui Ieſum Chriſtum nobis poſt hoc exilium oſtende,
Amen.
Oración.
Salve, María, ornamento del cielo, refugio singular en la tierra; salve, Madre gloriosa del Rey eterno; alégrate, efectiva
restauradora de la gracia perdida. Reina de misericordia, dulzura de la vida, a
ti clama este miserable hijo de Eva expulsado del paraíso, no rechaces mi
oración y ejerce tu ayuda: protégeme en la batalla, afírmame en la vacilación;
y a Jesucristo, el fruto bendito de tu vientre, muéstranos después de este
destierro. Amén.
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