Ad matvtinas.
Antiphona.
Sub tuum preſidium confugimus Dei Genitrix, noſtras deprecationes ne
deſpicias in neceſſitatibus, ſed à
periculis cunctis libera nos ſemper Virgo benedicta. Amē.
V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.
Gloria perennis tibi ſit
ſpes noſtra: quæ regnas in cælis tolle nos ad aſtra.
DÍA TERCERO [MARTES]
En maitines.
Antífona.
Bajo
tu amparo nos refugiamos Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas frente
a las necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, Virgen
bendita. Amén.
V.
Señora, ven en mi ayuda.
R.
Señora, date prisa en ayudarme.
Gloria
eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las
estrellas.
...
Pſalmus 47.
Magna es Domina & laudabilis valdè, in ciuitate Dei cæli, & in vniuerſa
Eccleſia electorum eius.
Aſcendiſti alternantibus hymnicis Angelorum choris: Archangelis
conſtipatâ, roſis & lilijs coronata.
Occurrite illi Principatus & Poteſtates:
obuiate ei Virtutes & Dominationes.
Cherubim, Throni, & Seraphim exaltate eam : & conſtituite
eam à dextris ſponſi & amantiſſimi
Filij eius.
O quàm læto animo & ſereno aſpectu ſuſcepiſti eam Angelorum & hominū Deus: & dediſti
ei principatum ſuper omnem locum dominationis tuæ.
Salmo 47.
Grande eres, Señora, e
intensamente loable; en la ciudad celeste de Dios y en la iglesia universal de
sus elegidos.
Has
ascendido entre los alternantes himnos de los coros de ángeles, rodeada de
arcángeles, coronada de rosas y de lirios.
Rodéenla a ella, principados y
potestades; permanezcan con ella, virtudes y dominaciones.
Querubines, tronos y serafines,
exáltenla y sitúenla a la derecha de su Esposo y de su muy amado Hijo.
¡Oh!, con aquel ánimo gozoso y
con sereno aspecto la has recibido, Dios de los ángeles y hombres; y le has
entregado el principado sobre toda región bajo tu dominio.
...
Pſalmus 48.
Avdite hæc omnes gentes: auribus percipite qui ingredi cupitis regnum Dei.
Virginem Mariam honorate: & vitam inuenietis, & ſalutem
perpetuam.
Pauperes ſeruos tuos Domina: indiſſolubili
confœderatione coniunge Chriſto.
Eſuriem paruulorum tuorum: fructu
benedicto ventris tui refice & ſuſtenta.
Permanſiſti enim inuiolata poſt
partum & integra poſt filium.
Salmo 48.
Naciones todas, escuchen esto;
abran sus oídos quienes desean ingresar el reino de Dios.
Honren a la Virgen María, y
hallaran la vida y la salvación eterna.
A tus pobres siervos, Señora,
únelos a Cristo en un pacto indisoluble.
A los hambrientos hijos tuyos,
con el bendito fruto de tu vientre confórtalos y aliméntalos.
Permaneciste incorrupta después
del parto e íntegra después de tu Hijo.
...
Pſalmus 49.
DEVS Deorum Mariæ locutus eſt: per Gabrielem nuntium ſuum
dicentem.
Aue gratia plena, Dominus tecum: per te ſalus
mundi perditi reparatur.
Speciem tuam, & decorem tuum: altiſſimi
Filius concupiuit.
Adorna thalamum tuum filia Sion: præpara te in occurſum
Dei tui.
Per Spirirum enim ſanctum concipies: qui tuum partum faciet virgineum &
iucundū.
Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtrà: quæ regnas in cęlis tolle nos ad aſtra.
Salmo 49.
El Dios de los dioses le ha
hablado a María, a través de su mensajero Gabriel, diciendo.
“Salve,
llena de gracia, el Señor es contigo; por ti será restaurada la perdida salud
del mundo”.
Tu aspecto y de tu belleza la
ha deseado el Hijo del Altísimo.
¡Sión!, embellece tu tálamo;
prepárate para el encuentro con tu Dios.
Por
el Espíritu Santo concebirás, y [él] hará tu parto virginal y agradable.
Gloria
eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las
estrellas.
...
Oratio.
Ave virginum omniū pulcherrima, Redemptoris noſtri
Mater puriſſima, ſanctitate & dignitate Sanctos omnes ſupergrediens,
vero Salomoni in cæleſti throno regnāti proxima, potens auxiliatrix mortalium,
tuæ maternæ pietati commendo animam hanc meam immundam, & corpus meum,
mundi carniſque illecebris, multorumq; hoſtium
inſidijs expoſitum, vt te aſſiſtente
patrona, omnes actus meos, cogitationes & locutiones, ad Filij tui gloriam,
& ſalutem meam ſincerè
referantur, Amen.
Oración.
Salve,
Virgen plenamente hermosa, Redentora nuestra; Madre purísima, que sobrepasas la
santidad y dignidad de todos los santos, la más cercana al verdadero Salomón
que reina en su trono celestial, poderosa auxiliadora de los mortales; a tu
piedad encomiendo esta inmunda alma mía y este cuerpo seducido por el mundo y
por la carne, expuesto a las muchas insidias de los enemigos, a fin de que por
tu ayuda, protectora [mía], todos mis actos, pensamientos y expresiones sean
dirigidas a la gloria a tu Hijo y para mi salvación. Amén.
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