Ad sextam.
V. Domina in adiutorium meum
intende.
R. Domina ad adiuuandum me
feſtina.
Gloria tibi ſit virginum
Regina: duc nos obſecramus ad cælorum regna.
En sexta.
V.
Señora, ven en mi ayuda.
R.
Señora, date prisa en ayudarme.
Gloria
a ti, Reina de las vírgenes; te rogamos que nos guíes hacia el reino de los
cielos.
…
Pſalmus 35.
Dixit iniuſtus
vt peccet in abſcondito: ſed per te à malo
propoſito diſcedat, ô Mater Dei.
Inclina vultum Filij tui ſuper
nos: coge illum precibus nobis peccatoribus miſereri.
Domina in cælo miſericordia
tua: & gratia tua diffuſa eſt ſuper terram.
Potentia & virtus in
brachio tuo: robur & fortitudo in dextera tua.
Benedictum ſit
imperium tuum ſuper cælos: benedicta ſit
magnificētia tua ſuper terram.
Salmo 35.
Dice
el injusto que pecará estando escondido, pero que por ti sea alejado aquel
malvado propósito, ¡oh, Madre de Dios!
Inclina
el rostro de tu Hijo sobre nosotros, oblígalo con tus ruegos a que tenga
misericordia de nosotros, pecadores.
Señora,
tu misericordia alcanza el cielo y tu gracia se extiende sobre la tierra.
El poder y la virtud están en tu brazo, la fuerza y la fortaleza están en tu diestra.
Bendito sea tu imperio sobre los cielos, bendita sea tu magnificencia sobre la tierra.
Bendito sea tu imperio sobre los cielos, bendita sea tu magnificencia sobre la tierra.
…
Pſalmus 36.
Noli æmulari in malignantibus
Domina: furorem eorum dulcifica per gratiam tuam.
Sperate in illa Religioſi
& Clauſtrales: confidite in illam Clerici & ſæculares.
Delectamini in laudibus illius:
& exaudiet petitiones cordis veſtri.
Melius eſt
modicum cum gratia illius, quàm theſauri
multi vel lapides pretioſi.
Laus ſemper
tibi Regina celorum: & vllo tempore noli nos obliuiſci.
Salmo 36.
No
te enojes contra los malvados, Señora; dulcifica su furor mediante tu gracia.
Esperen
en ella, religiosos y claustrales; confíen en ella clérigos y seculares.
Regocíjense
en su alabanza y ella escuchará las peticiones de sus corazones.
La
simplicidad es riqueza junto a su gracia, es mejor que muchos tesoros o piedras
preciosas.
Sea
siempre la alabanza a ti, Reina de los Cielos, y en ningún momento nos olvides.
…
Pſalmus 37.
Domina
ne in furore ſuo
arguat me Dominus: mihi veniam obtine de peccatis.
In
conſpectu
tuo ſit
omne deſiderium
meum: ſpes
mea & confidentia mea.
Cor meum conturbatum eſt
in me: receſſit lux de viſceribus meis.
Illumina ſplendore
tuo cæcitatem meam: dulcifica dulcore tuo contritionem meam.
Ne derelinquas me Domina Mater
Dei: gratia tua & virtus ſit à dexteris meis.
Gloria tibi ſit
virginum Regina: duc nos obſecramus ad cælorum regna.
Salmo 37.
Señora,
que el Señor no me condene en su furor; obtén el perdón de mis pecados.
Que
bajo tu mirada estén todos mis deseos, esperanza mía y confianza mía.
Mi
corazón se halla perturbado en mí, la luz se ha retirado de mi interior.
Que
tu esplendor ilumine mi ceguera, que tu dulzura dulcifique mi tristeza.
No me olvides, Señora, Madre de Dios, que tu gracia y tu virtud estén a mi diestra.
No me olvides, Señora, Madre de Dios, que tu gracia y tu virtud estén a mi diestra.
Gloria
a ti, Reina de las vírgenes; te rogamos que nos guíes hacia el reino de los
cielos.
…
Oratio.
Ave pretioſiſſima
margarita & humane naturæ gemma ſingularis
Maria, cuius caſtiſſimæ animæ nihil vmquam inhæſit
turpitudinis, nihil vmquam defuit ſpiritualis decoris.
Ecce ego peccator
pedibus tuis aduolutus humiliter agnoſco
ipſam meam iniquitatem. Ne quæſo
deſpicias me, ô ſpes
mea ſuauis: ſed magnam miſeriam
meam ſubleuet augens miſeratio
tua pijſſima Virgo Maria, Amen.
Oración.
Salve,
María, perla excelsamente preciosa y joya singular de la naturaleza humana,
cuya castísima alma nunca se aferró a nada indigno ni jamás estuvo falta de
belleza espiritual. He aquí que yo, pecador, voy presuroso a tus pies y
reconozco humildemente mi iniquidad. Por favor, no me rechaces, ¡oh, dulce
esperanza mía!; antes bien, que mi extrema miseria se aliviane debido a tu abundante
misericordia, Virgen María. Amén.
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