V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.
Gloria, laus, honor Virgini Mariæ: quæ ſecum
nos trahat ad regnum gloriæ.
En laudes.
V.
Señora, ven en mi ayuda.
R.
Señora, date prisa en ayudarme.
Gloria,
alabanza y honor a la Virgen María, quien nos lleva consigo al reino de la
gloria.
…
Pſalmus 132.
Ecce quam bonum, & quàm iucundum Maria: diligere nomen ſanctum
tuum.
Vnguentum effuſum, & odor aromatum tuum nomen: omnibus diligentibus
ipſum.
Quàm magna multitudo dulcedinis tuę Domina: quam præparaſti
diligentibus & ſperantibus in te.
Eſto refugium pauperum in tribulatione: quia tu es baculus
pauperum & miſerorū.
Inueniant quæſo gratiam apud Deum: qui te in ſuis
necceſſitatibus inuocabunt.
Salmo 132.
¡Oh!, cuán bueno y cuán
agradable es, María, amar tu santo nombre.
Perfume derramado y de fragante
aroma es tu nombre para todos los que lo aman.
Cuán grandiosa es, Señora, la
multitud de dulzuras que has preparado para los que te aman y los que confían
en ti.
Sé el refugio de los pobres en
su tribulación, pues tú eres el báculo de los pobres y miserables.
Obtén la gracia de Dios, te lo
pido, para los que te invocan en sus necesidades.
...
Pſalmus 133.
Ecce nunc benedicite Dominam: omnes qui ſperatis
in nomine ſancto eius.
Gaudete gaudio magno qui exaltatis & glorificatis eam: quia ſatiabimini
ab vberibur conſolationis eius.
Ecce enim inundanti vbertate declinabit in vos: ad conſolandum
& confortandum corda veſtra.
Benedicite illam omnes ſerui eius: & memoriale vobis ſit
in deſiderio animæ veſtræ.
Benedicite illam omnes Angeli & Sancti Dei: laudas in ſæculum
mirabilis eius.
Salmo 133.
Ahora bendigan a la Señora
todos los que esperan en su santo nombre.
Regocíjense con la mayor
alegría quienes la exaltan y glorifican, pues serán satisfechos con el consuelo
de su abundancia.
He aquí, en verdad, que el
flujo de su abundancia descenderá a ustedes para consolar y reconfortar a sus corazones.
Bendíganla a ella todos sus
servidores y que su memoria esté [presente] en el deseo de sus almas.
Bendíganla a ella todos los
ángeles y santos de Dios, alaben por los siglos sus maravillas.
...
Canticvm.
Avdite cæli quæ loquar de Maria: audiat terra Verba oris mei.
Magnificate ipſam mecum ſemper: & exaltemus nomen eius in ſæculi.
Generatio praua atque peruerſa: agnoſce Dominam noſtram
ſaluatricem tuam.
Numquid non ipſa eſt Mater tua: quæ poſſedit
te, & in fide generauit te?
Si hanc dimittis non es amicus ſummi
Cæſaris: quoniam ipſe ſine
ea non ſaluabit te.
Vtinam ſaperes ac intelligeres: ac nouiſſima
prouideres.
Quemadmodum infans ſine nutrice non poteſt
viuere: ita nec ſine Domina noſtra
potes habere ſalutem.
Sicut ergo anima tua ad ipſam: tene eam, nec dimitte, donec benedixerit tibi.
Repleatur os tuum laude ſua: decanta tota die magnificentiam eius.
Gloria, laus, honor Virgini Maria: quæ ſecum
nos trahat ad regnum gloriæ.
Cántico.
¡Escuchen cielos, lo que diré
de María!; ¡Escucha tierra la palabra de mi boca!
Glorifíquenla siempre conmigo y
ensalcemos su nombre por los siglos.
Generación malvada y perversa,
reconozcan a nuestra Señora como su Salvadora.
¿Acaso no es tu Madre quien te
aceptó y te engendró en la fe?
Si tú la abandonas, no eres
amigo del sumo César [Rey]; pues sin ella, él no te salvará.
Solo la sabiduría y la
inteligencia pueden prever el final.
Tal como los niños sin su
nutricia no pueden vivir, de igual modo sin nuestra Señora no existe salvación.
Por lo tanto, que tu alma se aferre
a ella, no la rechaces, y entonces te bendecirá.
Que tu boca esté llena de su
alabanza, canta todo el día su magnificencia.
Gloria,
alabanza y honor a la Virgen María, quien nos lleva consigo al reino de la gloria.
...
Oratio.
Salue Virgo Maria, feminarum omnium pulcherrima, cuius veneratio peccatores
emundat, cuius fragrantia ſuauitatis, & virgineus odor puritatis fidelium mentes
recreat: imple cor meum, onmeſque ſenſus meos diuina gratia, vt tua interuentione renouatus
vitam degam tibi filioq; tuo gratiſſimam,
Amen.
Oración.
Salve, Virgen María, la más
hermosa de todas las mujeres, cuya veneración limpia a los pecadores, cuya
dulce fragancia y aroma de pureza virginal regocija las mentes [almas] de los
fieles; llena mi corazón y todos mis sentidos con la gracia divina, para que
por tu intervención renueve mi vida presente y sea excelsamente grata a ti y a
tu Hijo. Amén.
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