V. Domina in adiutorium meum
intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.
Gloria tibi ſit
aduocata noſtra: ſeruos tecum ducas ad regna beata.
En prima.
V.
Señora, ven en mi ayuda.
R.
Señora, date prisa en ayudarme.
Gloria
a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.
…
Pſalmus 98.
Dominus
regnauit, iraſcantur
populi: Maria ſuper
Cherubim ſedet
à dextris eius.
Magna eſt
in Sion gloria tua Domina: & in Ieruſalem
magnificentia tua.
Cantate ante eam
chori virginales: & adorate thronum eius, quoniam ſanctus
eſt.
In dextera eius ignea lex:
& in circuito eius ſanctorum millia.
Mandata Dei ante oculos eius:
& iuſtitiæ regula in corde illius.
Salmo 98.
El Señor reina, ¡tiemblen
pueblos!; y María está a su derecha, por encima de los querubines.
Grande es tu gloria en Sión,
Señora, y en Jerusalén lo es tu magnificencia.
Cántenle a ella, coro de
vírgenes, y adoren su trono porque es santo.
En su derecha está la ley de
fuego y circundándola están los miles de santos.
Los mandamientos de Dios están ante sus
ojos y la regla de justicia en su corazón.
...
Pſalmus 99.
Ivbilate Dominæ noſtræ
omnes homines terræ: ſeruite illi in lætitia & iucunditate.
In toto animo veſtro accedite ad illam: & in omni virtute veſtra
conſeruate vias eius.
Inueſtigate illam & manifeſtabit
ſe vobis: eſtote mundi corde, & apprehendetis eam.
Quibus auxiliata fueris Domina erit refrigerium pacis: & à quibus
auerteris vultum tuum, non erit eis ſpes
ad ſalutem.
Recordare noſtri Domina, & non apprehendent nos mala: ſucurre
nobis in fine, & inueniemus vitam æternam.
Salmo 99.
Alaben a nuestra Señora,
hombres todos de la tierra; sírvanle a ella con gozo y alegría.
Con todo entusiasmo acérquense
a ella y con todas sus fuerzas conserven sus caminos.
Búsquenla y ella se manifestará
a ustedes; tengan un corazón limpio y la aprehenderán.
A quienes tú auxilies, Señora, obtendrán
el reposo de la paz; y a quienes apartes tu rostro, no tendrán esperanza en la
salvación.
Acuérdate de nosotros, Señora,
y que los males no nos atrapen; ayúdanos en nuestro [momento] final y
alcanzaremos la vida eterna.
...
Pſalmus 100.
Miſericordiam & iudicium cantabo tibi Domina: pſallam
tibi in exultatione cordis, cùm lætificaueris animam meam.
Laudabo nomen tuum & gloriam tuam: & præſtabis
refrrigerium animæ meæ.
Zelatus ſum
amorem tuum & honorem: ideò defendas cauſam
meam ante iudicem ſæculorum.
Allectus ſum gratia & bonitate tua: oro ne frauder a ſpe
& confidentia bona.
Conforta animam meam in nouiſſimis meis: & in carne iſta
fac me meum conſpicere Saluatorem.
Gloria tibi ſit aduocata noſtra:
ſeruos tecum ducas ad regna beata.
Salmo 100.
Tu misericordia y tu juicio yo los
canto, Señora; te cantaré con mi corazón exultante cuando alegres el
alma mía.
Yo alabo tu nombre y tu gloria; tú le concederás consuelo a mi alma.
Soy celoso de tu amor y de tu
honor; por lo tanto, defiende mi causa ante el juicio de este mundo.
Yo me siento atraído por tu gracia
y tu bondad; te ruego que no me vea defraudado en mi esperanza y confianza en
ti.
Conforta a mi alma en mis
últimos días; y que ya en este cuerpo pueda percibir al Salvador.
Gloria
a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.
…
Oratio.
Ave ſolitudinis amatrix, & internæ quietis cultrix mitiſſima,
virgo inter filias Ieruſalem ſpeſioſiſſima Maria: diſperſas
quęſo ſeruuli tui cogitationes recollige, & ſpiritum
diſſipatum redintegra, vt te ſemper
ſuſpirem & venerer in perpetuum, Amen.
Oración.
Salve, María, amante de la
soledad y mansa cultora de la quietud interna, virgen excelsamente hermosa
entre las hijas de Jerusalén, te pido que reúnas los dispersos pensamientos de
este siervo tuyo; restaura mi disipado espíritu, para que así suspire por ti y
te venere perpetuamente. Amén.
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