V. Domina in adiutorium meum
intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.
Gloria tibi ſit
aduocata noſtra: ſeruos tecum ducas ad regna beata.
En laudes.
V.
Señora, ven en mi ayuda.
R.
Señora, date prisa en ayudarme.
Gloria
a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.
…
Pſalmus 96.
Domina regnauit, exultes Maria:
in omni imperio dominationis eius.
Adorate eam ciues curiæ paradiſi:
exaltare eam virgines, ſponſæ Filij eins.
Quoniam eleuata eſt ſuper
principatus & dominationes: & exaltata eſt ſuper
Angelorū & Archangelorum legiones.
Patriarche & Prophetæ cōcrepate
illi laudem: concentum illi facite Apoſtoli
& Martyres Chriſti.
Confeſſores
cum Virginibus, de canticis Sion, dicite canticum ei: regratiamini ei Monachi ſancti
de acceptis triumphis.
Salmo 96.
El
Señor reina, y María exulta en todo el imperio bajo su dominio.
Adórenla
a ella, ciudadanos del tribunal del paraíso; exáltenla a ella, vírgenes,
esposas de su Hijo.
Pues
ella está por encima de los principados y dominaciones, por encima de las
legiones de ángeles y arcángeles.
Patriarcas
y profetas hagan resonar sus alabanzas para ella; compónganle un concierto,
apóstoles y mártires de Cristo.
Confesores
y vírgenes, cántenle un cántico de Sión; santos solitarios, agradézcanle a ella
por sus triunfos obtenidos.
…
Pſalmus 97.
Cantate Dominæ noſtræ
canticum nouum: quia mirabilia fecit.
In conſpectu
gentium reuelauit miſericordiam ſuam: in extremis
terræ auditū eſt nomen eius.
Recordare Domina pauperum &
miſerorum: & ſuſtenta
eos ope refrigerij tui ſancti.
Tu autem Domina ſuauis
& verax: patiens, mitis, & miſeratione
plena.
Conculca hoſtes
animarum noſtrarum: & contumaciam illorum elide brachio tuo ſancto.
Salmo 97.
Canten
a nuestra Señora un cántico nuevo, pues ha hecho maravillas.
Ante
los ojos de las naciones ha revelado su misericordia; hasta en los confines de
la tierra se escucha su nombre.
Recuerda,
Señora, a los pobres y miserables y susténtalos con certeza con tu sagrado
alimento.
Pues
tú, Señora, eres suave y veraz, paciente, apacible y llena de misericordia.
Somete
a los enemigos de nuestras almas y destroza sus planes con tu santo brazo.
…
Canticvm.
Cantemus Dominæ glorioſæ
Virgini Mariæ: in hymnis & confeſſionibus
benedicamus eam.
Domina noſtra,
omnipotens poſt Deum nomen eius: currus Pharaonis & exercitū eius
proiecit in mare.
Dextera tua Domina magnificata
eſt in fortitudine: quia in multitudine miſericordiæ
tuæ, ſtrauiſti aduerſarios meos.
De ore leonis liberaſti
me Domina: & tam quam infantem genitum, Mater, ſuſcepiſti
me.
Domina chariſſima
mea: velut gallina tege me mirabili poſſeſſione
tua.
Tuus
totus eſo
ſum:
& omnia mea tua ſunt
Virgo ſuper
omnia benedicta.
Ponem
te ſicut
ſignaculum
ſuper
cor meum: quia fortis eſt
vt mors dilectio tua.
Gloria tibi ſit
aduocata noſtra: ſeruos tecum ducas ad regna beata.
Cántico.
Cantémosle
un himno a nuestra Señora, la gloriosa Virgen María, y bendigámosla de manera
confesa.
Señora
nuestra, después de Dios, tu nombre es el más todopoderoso; a los
carruajes del faraón y a su ejército ella los ha precipitado al mar.
Tu
diestra, Señora, es magnífica en fortaleza, pues en tu abundante misericordia
dispersaste a mis adversarios.
Me
liberaste de la boca del león, Señora; y como a un niño [recién] nacido me aceptaste,
Madre.
¡Oh,
Señora, muy amada mía!, protégeme como lo hace una gallina, como una maravillosa posesión
tuya.
Yo
soy todo tuyo y toda mía eres tú, Virgen, bendita por encima de todo.
Sitúate
como un sello sobre mi corazón, pues tu amor es fuerte como la muerte.
Gloria
a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.
…
Oratio.
O stella ſemper
rutilans, Virgo Maria, illumina tenebras cæcitatis meæ claritate aduentus tui.
Attende gemitus animæ meæ cupientis diligere te; reple cor meum, atque omnes ſenſus
meos gratia cæleſti: & me indigum ad præguſtandas
micas aliquas æternæ lætitiæ miſericorditer
admitte, Amen.
Oración.
¡Oh,
Virgen María!, estrella siempre resplandeciente, ilumina las tinieblas de mi
ceguera con la luminosidad de tu adviento. Atiende los gemidos de mi alma, que
desea amarte; llena mi corazón y todos mis sentidos de la gracia celeste; y
aunque soy indigno, que pueda pregustar ciertas migajas del gozo eterno que tu
misericordia permita. Amén.
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