17.3.15





Ad completorivm.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit aduocata noſtra: ſeruos tecum ducas ad regna beata.

En completas.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.


Pſalmus 113.

In exitu animæ meæ de hoc mundo: ocurre illi Domina, & ſuſcipe illam.
Conſolare eam vultu ſancto tuo: aſpectus dæmonis nō conturbet eam.
Eſto illi ſcala ad regnum cælorum: & iter rectum ad paradiſum Dei.
Impetra ei à Patre indulgentiam pacis: & ſedem lucis inter ſeruulos tuos.
Suſtine deuotos tuos ante tribunal Chriſti: ſuſcipe cauſam illorum in manibus tuis.

Salmo 113.

Cuando mi alma salga de este mundo, ve a su encuentro, Señora, y recíbela.
Consuélala con tu sagrado rostro, que la presencia del demonio no la perturbe.
Sé su escala al reino de los cielos y su camino directo al paraíso de Dios.
Obtén para ella, la indulgente paz del Padre y un sitial luminoso entre tus siervos.
Sostén a tus devotos en el tribunal de Cristo, acepta sus causas entre tus manos.


Pſalmus 114.

Dilexi Matrem Domini Dei mei: & lux miſerationum eius infulſit mihi.
Circumdederunt me dolores mortis: ſed viſitatio Mariæ lætificauit me.
Dolorem & periculum incurri: & recreatus ſum gratia illius.
Nomen eius & memoria illius ſit in medio cordis noſtri: & nobis nō nocebit ictus malignantis.
Conuertere anima mea in laudem ipſius: & refrigerium inuenies in nouiſſimis tuis.

Salmo 114.

Amo a la Madre del Señor, mi Dios; la luz de su misericordia ha infundido sobre mí.
Me circundaban los dolores de la muerte, pero la visita de María me regocijó.
Estaba entre dolores y peligros, y su gracia me alivió.
Que su nombre y su recuerdo estén en medio de nuestro corazón, así no nos dañarán los golpes del maligno.
Ocúpate, alma mía, en su alabanza, y hallarás alivio en tus últimos días. 


Pſalmus 115.

Credidi, propter quod locutus ſum: laudem & gloriam tuam Domina orbis terræ.
Compatere animæ meæ, & dirige eam: dignare beneplacitum tuum inſinuare illi.
Statue illi teſtamentum dilectionis & pacis tuæ: præbe illi iugem memoriam nominis tui.
De benedictione ventris tui da mihi ſuſtentationem: & de pinguedine gratiæ tuæ dulcora animam meam.
Diſrumpe vincula peccatorum meorum: & de virtutibus tuis exorna faciem animæ meæ.

Gloria tibi ſit aduocata noſtra: ſeruos tecum ducas ad regna beata.

Salmo 115.

Yo creo, y es por eso que hablo sobre tu alabanza y gloria en toda la tierra, Señora.
Compadécete de mi alma y dirígela, dígnate insinuar en ella tu beneplácito.
Establece en ella el testimonio de tu amor y de tu paz; que siempre tenga el recuerdo de tu nombre.
Dame la bendición de tu vientre como alimento, y con el óleo de tu gracia endulza el alma mía.
Quiebra las cadenas de mis pecados y con tus virtudes adorna el rostro de mi alma.

Gloria a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.


Oratio.

Miſerere mei Domina, miſerere mei, quia miſeratio tecum creuit ab infantia. Magnam miſeriam indigniſſimi peccatores ſubleuet magna atq; ingens miſeratio tua, piiſſima Mater. Largire ô benigna, vt illis annumerer, quos tamquam filios amas, doces, dirigis, foues, protegis; fac vt amore tui terrenas omnes cōſolationes ſpernens, cæleſtibus ſemper in hæream, Amen.

Oración.

Ten misericordia de mí, Señora, ten misericordia de mí, pues la misericordia ha crecido contigo desde tu infancia. Que la gran miseria de los muy indignos pecadores se vea aligerada por tu grandiosa y poderosa misericordia, Madre excelsamente piadosa. ¡Oh, inmensamente benigna!, haz que ellos sean contados entre los hijos que amas, instruyes, diriges, cuidas y proteges; haz que por amor a ti desprecien todos los consuelos de la tierra y que se mantengan siempre fijos en lo celestial. Amén.


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