16.3.15





Ad nonam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit aduocata noſtra: ſeruos tecum ducas ad regna beata.

En nona.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.


Pſalmus 107.

Paratum cor meum Domina, paratum cor meum: laudes tibi pſallere & cantare.
Melior eſt charitas tua cunctis diuitiis: gratia tua ſuper aurum & lapidem pretioſum.
Beatitudo & iuſtitia donantur à Deo: qui autem de peccatis ad te conuerſi fuerint, pœnitentiæ  remedium conſequentur.
Emiſſiones tuæ  gratia & pax: qui autem tibi placuerint procul fient à perditione.
Eſto vmbraculum protectionis intentationibus noſtris: expanſio alarum tuarum defendat nos à deuorante.

Salmo 107.

Listo está mi corazón, Señora; mi corazón está listo para alabarte con cánticos y canciones.
Tu caridad es más valiosa que todas las riquezas; tu gracia, mejor que el oro y las piedras preciosas.
La beatitud y la justicia las concede Dios, pero los pecadores que se vuelven a ti obtienen el remedio de la penitencia.
Tus emanaciones son la gracia y la paz; quienes te complacen, serán alejados de la perdición.
Sé la sombra que nos proteja ante nuestras tentaciones; y que la extensión de tus alas nos defienda de los que devoran.

...

Pſalmus 108.

Domina laudem meam ne deſpexeris: & hoc dedicatum tibi Pſalterium digneris acceptare.
Reſpice voluntatem cordis mei: & affectionem meam fac tibi beneplacentem.
Propera ad viſitandum ſeruos tuos: ſub tegumento manus tuæ illæſi conſeruentur.
Illuminationem Spiritus ſancti per te ſuſcipiant: & refrigerium contra cupiditatis æſtum.
Medere contritis corde Domina: & refoue eos vnguento pietatis.

Salmo 108.

Señora, no desprecies mi alabanza; y dígnate aceptar este salterio dedicado a ti.
Mira la voluntad de mi corazón; haz que mi afecto sea de tu beneplácito.
Date prisa en visitar a tus siervos; en la palma de tus manos consérvalos ilesos.
Que reciban por ti la iluminación del Espíritu Santo, y también el alivio contra el ardor de los deseos.
Alivia los corazones contritos, Señora, y relájalos con el perfume de la piedad.


Pſalmus 109.

Dixit Dominus Dominæ noſtræ: ſede Mater mea à dextris meis.
Bonitas & ſanctitas placuerunt tibi: ideò regnabis mecum in æternum.
Corona immortalitatis in capite ſancto tuo: cuius fulgor & claritas non extinguetur.
Miſerere noſtri Mater luminis & ſplendoris: illumina nos Domina veritatis & virtutis.
De theſauris tuis infunde nobis ſapientiam Dei: intellectum prudentia, ac formam diſciplinæ.

Gloria tibi ſit aduocata noſtra: ſeruos tecum ducas ad regna beata.

Salmo 109.

Ha dicho el Señor a nuestra Señora: "Madre mía, sitúate a mi derecha.
Que la bondad y la santidad estén en ti, pues reinarás conmigo en la eternidad".
La corona de inmortalidad está en tu sagrada cabeza, y su fulgor y luminosidad no se extingue [jamás].
Ten misericordia de nosotros, Madre luminosa y esplendorosa; ilumínanos, Señora, con la verdad y la virtud.
De tus tesoros, infunde sobre nosotros la sabiduría de Dios, la inteligente prudencia y la regla de la disciplina.

Gloria a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.


Oratio.

O Maria, Mater Dei beatiſſima, rogo te per ſacratiſſimam paſſionem & mortem Filij tui Domini mei Ieſu Chriſti, eſto mihi pia gubernatrix quamdiu in periculoſo mari ſæculi huius nauigo, & præcipuè in vitæ præſentis termino, vt te perducente, feliciter perueniam ad portum cæleſtis Ieruſalem; vbi te diligam, laudem, & glorificem per omnia ſæcula, Amen.

Oración.

¡Oh, María!, santísima Madre de Dios, te ruego, por la muy sagrada pasión y muerte de tu Hijo y Señor mío: Jesucristo, que seas mi piadosa guía mientras navego en este peligroso mar del siglo; y que especialmente lo hagas al término de esta vida, para que por tu orientación arribe gozoso al puerto de la Jerusalén celestial, en donde pueda amarte, alabarte y glorificarte a lo largo de todos los siglos. Amén.


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