V. Domina in adiutorium
meum intende.
R. Domina ad adiuuandum
me feſtina.
Gloria tibi ſit aduocata noſtra:
ſeruos tecum ducas ad regna beata.
En nona.
V.
Señora, ven en mi ayuda.
R.
Señora, date prisa en ayudarme.
Gloria
a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.
…
Pſalmus 107.
Paratum cor meum Domina, paratum cor meum: laudes tibi pſallere
& cantare.
Melior eſt charitas tua cunctis diuitiis: gratia tua ſuper
aurum & lapidem pretioſum.
Beatitudo & iuſtitia donantur à Deo: qui autem de peccatis ad te conuerſi
fuerint, pœnitentiæ remedium conſequentur.
Emiſſiones tuæ gratia
& pax: qui autem tibi placuerint procul fient à perditione.
Eſto vmbraculum protectionis intentationibus noſtris:
expanſio alarum tuarum defendat nos à deuorante.
Salmo 107.
Listo está mi corazón, Señora;
mi corazón está listo para alabarte con cánticos y canciones.
Tu caridad es más valiosa que
todas las riquezas; tu gracia, mejor que el oro y las piedras preciosas.
La beatitud y la justicia las
concede Dios, pero los pecadores que se vuelven a ti obtienen el remedio de la
penitencia.
Tus emanaciones son la gracia y
la paz; quienes te complacen, serán alejados de la perdición.
Sé la sombra que nos proteja
ante nuestras tentaciones; y que la extensión de tus alas nos defienda de los
que devoran.
...
Pſalmus 108.
Domina laudem meam ne deſpexeris: & hoc dedicatum tibi Pſalterium
digneris acceptare.
Reſpice voluntatem cordis mei: & affectionem meam fac
tibi beneplacentem.
Propera ad viſitandum ſeruos tuos: ſub
tegumento manus tuæ illæſi conſeruentur.
Illuminationem Spiritus ſancti per te ſuſcipiant:
& refrigerium contra cupiditatis æſtum.
Medere contritis corde Domina: & refoue eos vnguento pietatis.
Salmo
108.
Señora,
no desprecies mi alabanza; y dígnate aceptar este salterio dedicado a ti.
Mira
la voluntad de mi corazón; haz que mi afecto sea de tu beneplácito.
Date
prisa en visitar a tus siervos; en la palma de tus manos consérvalos ilesos.
Que
reciban por ti la iluminación del Espíritu Santo, y también el alivio contra el
ardor de los deseos.
Alivia
los corazones contritos, Señora, y relájalos con el perfume de la piedad.
…
Pſalmus 109.
Dixit Dominus Dominæ noſtræ: ſede Mater mea à dextris meis.
Bonitas & ſanctitas placuerunt tibi: ideò regnabis mecum in æternum.
Corona immortalitatis in capite ſancto
tuo: cuius fulgor & claritas non extinguetur.
Miſerere noſtri Mater luminis & ſplendoris:
illumina nos Domina veritatis & virtutis.
De theſauris tuis infunde nobis ſapientiam
Dei: intellectum prudentia, ac formam diſciplinæ.
Gloria tibi ſit aduocata noſtra:
ſeruos tecum ducas ad regna beata.
Salmo 109.
Ha dicho el Señor a nuestra
Señora: "Madre mía, sitúate a mi derecha.
Que la bondad y la santidad
estén en ti, pues reinarás conmigo en la eternidad".
La corona de inmortalidad está
en tu sagrada cabeza, y su fulgor y luminosidad no se extingue [jamás].
Ten misericordia de nosotros,
Madre luminosa y esplendorosa; ilumínanos, Señora, con la verdad y la virtud.
De tus tesoros, infunde sobre
nosotros la sabiduría de Dios, la inteligente prudencia y la regla de la
disciplina.
Gloria
a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.
…
Oratio.
O Maria, Mater Dei
beatiſſima,
rogo te per ſacratiſſimam paſſionem & mortem Filij tui Domini
mei Ieſu
Chriſti,
eſto
mihi pia gubernatrix quamdiu in periculoſo mari ſæculi huius nauigo, & præcipuè
in vitæ præſentis
termino, vt te perducente, feliciter perueniam ad portum cæleſtis Ieruſalem; vbi te diligam, laudem, &
glorificem per omnia ſæcula, Amen.
Oración.
¡Oh,
María!, santísima Madre de Dios, te ruego, por la muy sagrada pasión y muerte
de tu Hijo y Señor mío: Jesucristo, que seas mi piadosa guía mientras navego en
este peligroso mar del siglo; y que especialmente lo hagas al término de esta vida, para que
por tu orientación arribe gozoso al puerto de la Jerusalén celestial, en donde
pueda amarte, alabarte y glorificarte a lo largo de todos los siglos. Amén.
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