20.3.15





Ad tertiam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria, laus, honor Virgini Mariæ: quæ ſecum nos trahat ad regnum gloriæ.

En tercia.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria, alabanza y honor a la Virgen María, quien nos lleva consigo al reino de la gloria.


Pſalmus 137.

Confitebor tibi Domina in toto corde meo: quia per te expertus ſum clementiam Ieſu Chriſti.
Audi Domina verba mea, & preces meas: & in conſpectu Angelorum cantabo tibi laudes.
In quacumque die inuocauero te exaudi me: & multiplica virtutem in anima mea.
Confiteantur tibi omnes tribus & linguæ: quia per te ſalus reſtituta eſt nobis.
Ab omni perturbatione libera ſeruos tuos: & fac nos viuere ſub pace & protectione tua.

Salmo 137.

Te doy gracias, Señora, con todo mi corazón, pues por ti he probado la clemencia de Jesucristo.
Escucha, Señora, mi palabra y mis oraciones, y delante de los ángeles te cantaré alabanzas.
Cualquiera sea el día en que te invoque, escúchame, y multiplica la fuerza [virtud] en mi alma.
Que te alaben todas las tribus y lenguas, pues por ti nos ha sido devuelta la salud.
De toda perturbación libera a tus siervos, y haznos vivir bajo tu paz y tu protección.

...

Pſalmus 138.

Domina probaſti me, & cognouiſti me: tu cognouiſti ruinam & transgreſſionem meam.
Copioſa facta eſt ſuper me miſericordia tua: & dilatata eſt ſuper me clementia tua.
Imperfectum meum aſpexit oculus tuus: & palpebræ tuæ nouerunt vias meas.
Affluentiam deſiderij ſancti per te habeamus a Spiritu ſancto: & macula peccati nō turbet conſcientiam noſtram.
Serenet corda noſtra lux miſericordia tuæ: & recreet nos tuæ pacis dulcedo.

Salmo 138.

Señora, me pusiste a prueba y me conociste; has reconocido mi ruina y mi transgresión.
Tu misericordia sobre mí es copiosa, y es extensa tu clemencia sobre mí.
Mi imperfección la han visto tus ojos y tus párpados conocen mis caminos.
Que tengamos abundancia de deseos puros por ti a causa del Espíritu Santo, y que la mácula del pecado no perturbe nuestra consciencia.
Que la luz de tu misericordia tranquilice nuestros corazones y que la dulzura de tu paz nos regocije.

Pſalmus 139.

Eripe me domina ab homine malo & ab hoſte infernali defende me.
Contra me tetendit arcum ſuum inimicus: & in fraude ſua inſidiatur mihi.
Conſtringe vires eius malignas: & obtundo potentor aſtutias eius.
Conuerte iniquitatem eius in verticem illius: & in foueā quam fecit, corruat feſtinanter.
Nos autem exultemus in ſeruitio tuo: & in laudibus tuis gloriemur.

Gloria, laus, honor Virgini Mariæ: quæ ſecum nos trahat ad regnum gloriæ.

Salmo 139.

Líbrame, Señora, del hombre malvado; y defiéndeme ante el infernal enemigo.
Contra mí han tendido sus arcos mis enemigos y en sus mentiras buscan atraparme.
Reprime sus malignas fuerzas [militares] y que tu poder derrote sus artimañas.
Que su propia iniquidad vuelva sobre sus cabezas y que en la fosa que cavaron caigan de inmediato.
Pero que nosotros nos regocijemos en tu servicio y que podamos glorificarte con alabanzas.

Gloria, alabanza y honor a la Virgen María, quien nos lleva consigo al reino de la gloria.


Oratio.

Salue ſancta Maria, Cherubim honoratior, Seraphim Deo proximior, cuius gloriam nominis, dignitatis ſplendorem, & pietatis abundantiam omnis lingua confitetur, ſuper choros Angelorum exaltata; concede mihi tribulationibus & miſeriis huius vitæ oppreſſo, & ad maternæ pietatis tuę finum recurrenti, ſpiritualis conſolationis lacte refocillari, Amen.

Oración.

Salve, Santa María, más honorable que los querubines, más próxima a Dios que los serafines, cuyo nombre glorioso, digno esplendor y abundancia de piedad alaba toda lengua; exaltada sobre todos los coros de ángeles; concede a mi vida, oprimida por tribulaciones y miserias y que finalmente acude a tu maternal piedad, el consuelo espiritual de la leche revivificadora. Amén. 


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