16.3.15




Ad sextam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit aduocata noſtra: ſeruos tecum ducas ad regna beata.

En sexta.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.


Pſalmus 104.

Confitemini Dominæ nosſtræ, & inuocate nomen eius: cantate ei gloriosè enarrantes virtutes eius.
Laudate & exaltate eam virgines filiæ Sion: quia deſponſabit vobis Regem Angelorū.
Honorate reginam plenam gratiarum : & contemplamini cum reuerentia ſanctum vultum eius.
Salus ſempiterna in manu tua Domina: qui te dignè honorificauerit, ſuſcipiet illam.
Clementia tua non deficiet à ſæculis æternis: & miſericordia tua à generatione in generationem.

Salmo 104.

Confíen en nuestra Señora e invoquen su nombre; cántenle gloriosamente y narren sus virtudes.
Alábenla y enzálcenla, vírgenes, hijas de Sión; pues ella las ha desposado con el Rey de los ángeles.
Honren a la Reina, llena de todas las gracias; y contemplen con reverencia su santo rostro.
La salvación eterna está en tus manos, Señora; dígnate recibir a aquellos que te honran.
Tu clemencia no menguará con los siglos de la eternidad, y tu misericordia permanecerá de generación en generación.

...

Pſalmus 105.

Confitemini Dominæ noſtræ, quoniam bona eſt: per cunctas tribus terræ enarrate miſericordias eius.
Longe eſt ab impiis conuersatio eius: nam à mandatis altiſſimi nō declinauit pes eius.
Fons irrigantis gratiæ procedit de ore eius: & de corde eius emanatio virginalis ſanctificans animas caſtas.
Spes de gloria Paradiſi in corde illius: qui deuoto animo honorauerit illam.
Miſerere noſtri fulgentiſſima Regina cæli: & præſta conſolationem de gratia tua.

Salmo 105.

Proclamen a nuestra Señora, porque es buena; en todas las tribus de la tierra anuncien su misericordia.
Lejos de los impíos está su forma de vivir; sus pies nunca se han alejado de los mandamientos del Altísimo.
La fuente que irriga gracia procede de su boca, y de su corazón surge la emanación virginal que santifica a las almas castas.
La esperanza de gloria en el paraíso está en el corazón de quienes, con ánimo devoto, la honran a ella.
Ten misericordia de nosotros, muy resplandeciente Reina del cielo, y concédenos el consuelo de tu gracia.


Pſalmus 106.

Confitemini Domino, quoniam bonus: confitemini Matri eius, quoniam in ſæculum miſericordia eius.
Innocentiam & viam prudentiæ oſtende nobis Domina: & ſemitam veritatis & intelligentia indica ſeruis tuis.
Timor Dei illuſtrat intellectum & amor tuus ex hilarat illum.
Beatus vir, cuius obſequiū eſt tibi gratum: illius oſſa impinguabantur adipe & pinguedine gratiarum.
Eloquium tuum ſuſtentat animam imbecillem: & labia tua animam eſurientem refocillant.

Gloria tibi ſit aduocata noſtra: ſeruos tecum ducas ad regna beata.

Salmo 106.

Proclamen al Señor, porque es bueno; proclamen a su Madre, porque su misericordia está [extendida] sobre el siglo.
La inocencia y el camino de la prudencia, muéstranos, ¡oh, Señora!; y el sendero de la verdad y de la inteligencia muéstraselos a tus siervos.
El temor de Dios ilumina la inteligencia y tu amor lo regocija.
Bienaventurado el hombre cuyo servicio te resulta grato; sus huesos serán ungidos con el aceite y óleo de tus dones.
Tus palabras sustentan al alma frágil, y tus labios vigorizan a las almas hambrientas.

Gloria a ti, abogada nuestra; conduce a tus siervos al reino de los bienaventurados.


Oratio.

Ave candidum lilium fulgidæ ſemperque tranquillæ Trinitatis: aue fragrantiſſima viola diuina ſuauitatis: aue vernans roſa cælestis amœnitatis Virgo Maria. Adeſto propitia fragilitati meæ, in omne tentatione & neceſſitate, in omne periculo peccati, & in hora mortis meæ : vt te auxiliante, atque protegente, mereas ſemper in Domino eſſe ſecurus, Amen.

Oración.

Salve, Virgen María, blanco lirio en el que siempre resplandece tranquilamente la Trinidad; salve, violeta excelsamente aromática de divina dulzura; salve, rosa primaveral de celeste amabilidad. Sé propicia ante esta fragilidad mía, en toda tentación y necesidad, en todo peligro y en la hora de mi muerte; a  fin de que, auxiliado y protegido por ti, merezca estar siempre seguro en el Señor. Amén.


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