20.3.15





SABBATO.

Ad matvtinas.

Antiphona.

Sub tuum preſidium confugimus Dei Genitrix, noſtras deprecationes ne deſpicias in neceſſitatibus, ſed à periculis cunctis libera nos ſemper Virgo benedicta. Amen.

V. Domina labia mea aperies.
R. Et os meum annuntiabit laudem tuam.
V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria, laus, honor Virgini Mariæ: quæ ſecum nos trahat ad regnum gloriæ.

SÁBADO.

En maitines.

Antífona.

Bajo tu amparo nos refugiamos Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas frente a las necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, Virgen bendita. Amén.

V. Señora, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria, alabanza y honor a la Virgen María, quien nos lleva consigo al reino de la gloria.


Pſalmus 129.

De profundis clamaui ad te Domina: Domina exaudi vocem meam.
Fiant aures tuæ intendentes: in vocem laudis & glorificationis tuæ.
Libera me de manu aduerſariorum: confunde & diſſipa ingenia, & conatus eorum contra me.
Erue me in die mala: & in die mortis ne obliuiſcaris animæ meæ.
Deduc me ad portum ſalutis: & inter iuſtos ſcribatur nomen meum.

Salmo 129.

Desde lo profundo clamo a ti, Señora; ¡Señora, escucha mi voz!
Que tus oídos estén atentos a la voz que te alaba y te glorifica.
Libérame de la mano del adversario, confunde y disipa sus inventivas y esfuerzos contra mí.
Rescátame en el día malo y el día de mi muerte no olvides a mi alma.
Condúceme al puerto de la salvación y que entre los justos sea inscrito mi nombre.

...

Pſalmus 130.

Domina non eſt exaltatum cor meum: neque ſublimati ſunt oculi mei.
Benedixti te Dominus in virtute ſua: qui per te ad nihilum redegit inimicos noſtros.
Benedictus ſit qui te ſanctificauit: & mundam de matris vtero te produxit.
Benedictus ſit qui te obumbrauit: & ſua gratia te fecundauit.
Benedic nos Domina & cōforta nos in gratia tua: vt per te ante conſpectum Domini præſentemut.

Salmo 130.

Señora, mi corazón no es orgulloso, ni soberbios son mis ojos.
Te ha bendecido el Señor en su poder, para que por ti se reduzcan a nada nuestros enemigos.
Benditos sea aquel que te ha santificado y te ha creado sin mancha en el vientre materno.
Bendito sea aquel que te cubrió con su sombra y te fecundó con su gracia.
Bendícenos, Señora, y confórtanos en tu gracia, para que por ti seamos presentados ente el Señor.
...

Pſalmus 131.

Memento Domina Dauid: & omnium inuocantiū nomen tuum.
Da nobis in nomine tuo fiduciam: vt confundantur omnes aduerſarij noſtri.
Conſolare nos in terra peregrinationis noſtræ: & releua paupertatem noſtram.
Da nobis panem lacrymarum virgo ſancta: & dolorem peccatorum in terra incolatus noſtri.
Redde nobis propitium benedictum fructū ventris tui: vt Spiritus ſancti gratia repleamur.

Gloria, laus, honor Virgini Mariæ: quæ ſecum nos trahat ad regnum gloriæ.

Salmo 131.

Recuerda, Señora, a David y a todos los que invocaron tu nombre.
Concédenos confianza en tu nombre, y que todos nuestros adversarios se vean confundidos.
Consuélanos en la tierra durante nuestra peregrinación y alivia nuestra pobreza.
Concédenos el pan de lágrimas, Virgen santa, y el dolor por nuestros pecados en la tierra que es nuestra morada.
Haznos propicios al bendito fruto de tu vientre, para que seamos llenos del Espíritu Santo.

Gloria, alabanza y honor a la Virgen María, quien nos lleva consigo al reino de la gloria.


Oratio.

Ave ſtillans melle alueatiū, diuini verbi ſacruum tabernaculum, Dei tatis receptaculum, ſingulare cæli ornamentum, cuius pulchritudinem ſol & luna mirantur: purifica obſecro cor meum, & munda illud ab omnibus peccatorum ſordibus. Expelle à me quidquid tibi diſplicet, animamq; meam ab omnibus terrenis affectibus emunda, rerumque cęlestium amore inflamma, ad gloriam tuam, & Ieſu filij tui honorem perpetuum, Amen.

Oración.

Salve, canal que destilas miel, tabernáculo sagrado del Verbo divino, receptáculo de la acción de Dios, ornamento singular del cielo, cuya belleza admiran el sol y la luna; te ruego que purifiques mi corazón y que lo limpies de toda la suciedad de sus pecados. Retira de mi alma cualquier cosa que te desagrade, límpiala de todo afecto por lo terrenal e intensifica su amor por lo que sea celestial, para gloria tuya y para honor perpetuo de tu Hijo, Jesús. Amén.


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