1.3.15





Ad vesperas.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cælorum.

En vísperas.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Pſalmus 87.

Domina auxiliatrix ſalutis meæ: in die & nocte clamaui coram te.
Ingrediatur oratio mea in conſspectu tuo: conſolare in facie tua mœſtitiam meam.
Multiplicata ſunt mala in anima mea: expurga eam à ſordibus & peccatis.
Virtus tua perſequatur inimicos noſtros: ne nos impediant ad ſalutem.
Confer gratiam animæ meæ ad reſiſtendum eis: conforta cor noſtrum aduerſus concupiſcentiam carnis.

Salmo 87.

Señora, auxiliadora de mi salvación, día y noche clamo delantre de ti.
Que mi oración acceda a tu presencia, que ante tu rostro sea consolada mi tristeza.
Los males se han multiplicado en mi alma, purifícala de sus manchas y pecados.
Que tu poder persiga a nuestros enemigos, que no puedan impedirnos la salvación.
Concédele tu gracia a mi alma para que pueda resistirlos; y fortalece nuestro corazón contra los deseos de la carne.


Pſalmus 88.

Miſericordias tuas Domina: in æternum cantabo.
Vnguento pietatis tuæ medere contritis corde: & oleo miſericordiæ tuæ refoue dolores noſtros.
Gratioſus vultus tuus mihi appareat in extremis: formoſitas faciei tuæ latificet egredientem ſpiritum meum.
Excita ſpiritum meam ad amandum bonitatem tuam: excita mentem ad extollendū nobilitatem & excellentiam tuam.
Libera me ab omni tribulatione mala: & ab omni peccato cuſtodi animam meam.

Salmo 88.

Tu misericordia, ¡oh, Señora!, cantaré en la eternidad.
Con el ungüento de tu piedad alivia a los corazones contritos y con el óleo de tu misericordia calma nuestros dolores.
Que tu agraciado rostro esté presente en mi [hora] final, que la hermosura de tu faz regocije mi espíritu durante su partida.
Anima a mi espíritu a que ame tu bondad; anima a mi mente a que exalte tu nobleza y tu excelencia.
Libérame de toda malvada tribulación y protege a mi alma de todo pecado.


Pſalmus 89.

Domina refugium facta es nobis: in cunctis neceſſitatibus noſtris.
Difuſſio gratiæ tuæ producit operationes ſanctas: & ſtillicidium dulcoris tui affectiones fouet castiſſimas.
Miſericordiarum tuarum Domina recordabor: ſacrificium laudis, & Carmen lætitiæ  pſallam tibi.
Qui te honorant, coronam pro cinere obtinebunt: & pallium laudis, pro ſpiritu mœroris.
Qui ſperant in te, amictu luminis induentur: gaudium & perpetuam lætitiam ſortientur.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cæ lorum.

Salmo 89.

Señora, [tú] eres nuestro santo refugio frente a todas nuestras necesidades.
La efusión de tu gracia produce acciones santificadas y las gotas de tu dulzura favorecen afectos muy puros.
Tu misericordia, Señora, la recordaré; te ofreceré un sacrificio de alabanza y cantaré el cántico de alegría.
Quienes te honran obtienen una corona por sus cenizas y un vestido de alabanza por sus espíritus entristecidos.
Quienes esperan en ti vestirán un manto de luz, obtendrán el gozo y la alegría eterna.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Oratio.

Ave immaculata beatæ Trinitatis amica: ſalue femina mente & corpore puriſſima Maria. Irradia quæſo intima mentis meæ ſereniſſimo vultus tui ſplendore, vt in te delectur & exultet cor meum, vt hilariter tibi ſeruiam, & ex intimis viſcerum meorum te diligam in æternum, Amen.

Oración.

Salve, santa inmaculada y amiga de la santísima Trinidad; salve, María, mujer de alma y cuerpo excelsamente puros. Irradia en lo íntimo de mi alma, te lo suplico, el serenísimo resplandor de tu rostro para que mi corazón se regocije y exulte en ti, para servirte alegremente y para que desde lo íntimo de mi interior te ame en la eternidad. Amén.


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