V. Domina in adiutorium meum
intende.
R. Domina ad adiuuandum me
feſtina.
Gloria perennis tibi ſit
ſpes noſtra: quæ regnas in cælis tolle nos ad aſtra.
En
completas.
V.
Señora, ven en mi ayuda.
R.
Señora, date prisa en ayudarme.
Gloria
eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.
…
Pſalmus 67.
Exurgat Maria, & diſſipentur
inimici eius: conterantur omnes ſub pedibus eius.
Impetum inimicorum noſtrorum
diſſipa Virgo benigna: & deſtrue
omnem malignitatem eorum.
Ad te Domina clamaui in
tribulatione: & ſerenaſti conſcientiam meam.
Non deficiat laus tua de ore
meo: nec amor tuus de viſceribus meis.
Pax multa diligentibus te
Domina: anima eorum non videbit mortem in æternum.
Salmo 67.
Que
María se eleve y que sus enemigos se dispersen; que sean quebrantados bajo sus
pies.
Haz
que el ímpetu de nuestros enemigos se disipe, Virgen benigna; y destruye toda
su malignidad.
A
ti, Señora, clamé durante la tribulación y tranquilizaste mi conciencia.
Que
no cese la alabanza a ti en mi boca, ni el amor a ti desde mi interior.
Tengan
mucha paz quienes te aman, Señora, y que sus almas no vean la muerte en la
eternidad.
…
Pſalmus 68.
Saluum me fac Domina: quoniam
intruerūt aquæ concupiſcentiæ vſque ad animam meam.
Infixus ſum
in limo peccati: & aquæ voluptatum circumdederunt me.
Plorans ploraui in nocte: &
dies lætitiæ ſubortus eſt mihi.
Salua animam meam genitrix
Saluatoris : quia per te vera ſalus
data eſt omni mundo.
Dum, nuntiante Angelo, virtute
altiſſimi fuſti obumbrata: & ſapientia
Patris prægnans & grauidata.
Salmo 68.
Sálvame,
Señora, pues las aguas de la concuspicencia han entrado hasta a mi alma.
Estoy
fijo en el extremo del pecado y las aguas de la voluptuosidad me circundan.
Lloro
mis lamentos durante la noche, y de día se eleva mi alegría.
Sava
mi alma, Madre del Salvador, pues por ti ha sido concedida la verdadera
salvación de todo el mundo.
Pues,
con la anunciación del ángel la virtud del Altísimo te cubrió con su sombra y
concebiste y quedaste embarazada de la Sabiduría del Padre.
…
Pſalmus 69.
Domina in adiutorium meum
intende: & luce miſericordiæ tuę illuſtra
mentem meam.
Doce nos exquirere bonitatem
tuam: vt enarremus mirabilia tua.
Oſtende
potentiam tuam cōtra inimicos noſtros: vt ſanctificeris
in nationibus procul.
In ira flammæ tuæ mergantur
infernum: & qui conturbant ſeruos tuos,
inueniant perditionem.
Miſerere
ſeruorum tuorum, ſuper
quos inuocatum eſt nomen tuum: & ne ſinas
eos anguſtiari in tentationibus ſuis.
Gloria perennis tibi ſit
ſpes noſtra: quæ regnas in cęlis tolle nos ad aſtra.
Salmo 69.
Señora,
ven en mi ayuda y que la luz de tu misericordia ilumine mi mente [alma].
Enséñanos
a buscar tu bondad para que narremos tus maravillas.
Muestra
tu poder contra nuestros enemigos para que así seas santificada hasta en las
naciones más alejadas.
Que
por las llamas de tu ira sean sumergidos en el infierno; que quienes perturban
a tus siervos encuentren la perdición.
Ten
misericordia de tus siervos, de aquellos que invocan tu nombre, y no permitas
que se vean angustiados durante sus tentaciones.
Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.
Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.
…
Oratio.
O Domina gloriæ, fons pietatis,
& vena miſericordiæ, ſplendor cæli, &
Angelorum Regina, Sanctorumque omnium lætitia; adeſto
mihi in omnibus tentationibus, tribulationibus, anguſtijs
& infirmitatibus meis; & impetra mihi veniam omnium delictorum meorum,
vt poſt huius vitę terminum, merear ingredi regna cælorum,
Amen.
Oración.
¡Oh,
gloriosa Señora!, Fuente de Piedad, Canal de Misericordia, Esplendor del Cielo,
Reina de los Ángeles y alegría de todos los santos; sé presente en todas mis
tentaciones, mis tribulaciones, mis angustias y mis enfermedades, y obtén el
perdón de todos mis delitos a fin de que después del término de esta vida
merezca entrar al reino de los cielos. Amén.
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