2.2.15





Ad completorivm.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cælis tolle nos ad aſtra.

En completas.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Pſalmus 67.

Exurgat Maria, & diſſipentur inimici eius: conterantur omnes ſub pedibus eius.
Impetum inimicorum noſtrorum diſſipa Virgo benigna: & deſtrue omnem malignitatem eorum.
Ad te Domina clamaui in tribulatione: & ſerenaſti conſcientiam meam.
Non deficiat laus tua de ore meo: nec amor tuus de viſceribus meis.
Pax multa diligentibus te Domina: anima eorum non videbit mortem in æternum.

Salmo 67.

Que María se eleve y que sus enemigos se dispersen; que sean quebrantados bajo sus pies.
Haz que el ímpetu de nuestros enemigos se disipe, Virgen benigna; y destruye toda su malignidad.
A ti, Señora, clamé durante la tribulación y tranquilizaste mi conciencia.
Que no cese la alabanza a ti en mi boca, ni el amor a ti desde mi interior.
Tengan mucha paz quienes te aman, Señora, y que sus almas no vean la muerte en la eternidad.


Pſalmus 68.

Saluum me fac Domina: quoniam intruerūt aquæ concupiſcentiæ vſque ad animam meam.
Infixus ſum in limo peccati: & aquæ voluptatum circumdederunt me.
Plorans ploraui in nocte: & dies lætitiæ ſubortus eſt mihi.
Salua animam meam genitrix Saluatoris : quia per te vera ſalus data eſt omni mundo.
Dum, nuntiante Angelo, virtute altiſſimi fuſti obumbrata: & ſapientia Patris prægnans & grauidata.

Salmo 68.

Sálvame, Señora, pues las aguas de la concuspicencia han entrado hasta a mi alma.
Estoy fijo en el extremo del pecado y las aguas de la voluptuosidad me circundan.
Lloro mis lamentos durante la noche, y de día se eleva mi alegría.
Sava mi alma, Madre del Salvador, pues por ti ha sido concedida la verdadera salvación de todo el mundo.
Pues, con la anunciación del ángel la virtud del Altísimo te cubrió con su sombra y concebiste y quedaste embarazada de la Sabiduría del Padre.


Pſalmus 69.

Domina in adiutorium meum intende: & luce miſericordiæ tuę illuſtra mentem meam.
Doce nos exquirere bonitatem tuam: vt enarremus mirabilia tua.
Oſtende potentiam tuam cōtra inimicos noſtros: vt ſanctificeris in nationibus procul.
In ira flammæ tuæ mergantur infernum: & qui conturbant ſeruos tuos, inueniant perditionem.
Miſerere ſeruorum tuorum, ſuper quos inuocatum eſt nomen tuum: & ne ſinas eos anguſtiari in tentationibus ſuis.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cęlis tolle nos ad aſtra.

Salmo 69.

Señora, ven en mi ayuda y que la luz de tu misericordia ilumine mi mente [alma].
Enséñanos a buscar tu bondad para que narremos tus maravillas.
Muestra tu poder contra nuestros enemigos para que así seas santificada hasta en las naciones más alejadas.
Que por las llamas de tu ira sean sumergidos en el infierno; que quienes perturban a tus siervos encuentren la perdición.
Ten misericordia de tus siervos, de aquellos que invocan tu nombre, y no permitas que se vean angustiados durante sus tentaciones.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Oratio.

O Domina gloriæ, fons pietatis, & vena miſericordiæ, ſplendor cæli, & Angelorum Regina, Sanctorumque omnium lætitia; adeſto mihi in omnibus tentationibus, tribulationibus, anguſtijs & infirmitatibus meis; & impetra mihi veniam omnium delictorum meorum, vt poſt huius vitę terminum, merear ingredi regna cælorum, Amen.

Oración.

¡Oh, gloriosa Señora!, Fuente de Piedad, Canal de Misericordia, Esplendor del Cielo, Reina de los Ángeles y alegría de todos los santos; sé presente en todas mis tentaciones, mis tribulaciones, mis angustias y mis enfermedades, y obtén el perdón de todos mis delitos a fin de que después del término de esta vida merezca entrar al reino de los cielos. Amén.


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