25.2.15




Ad sextam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cælorum.

En tercia.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Pſalmus 81.

Deus ſtetit in Synagoga Iudæorum: de qua vt roſa de ſentibus progreſſa eſt Mater Dei.
Terge fæditatem meam Domina: quæ ſemper rutilas puritate.
Fontem vitæ influe in os meum: ex quo viuentes aquæ profluunt & emanant.
Omnes ſitientes venite ad illam: & de fonte ſuo gratanter vos potabit.
Ex quo qui haurit ſaliet in vitam æternam: & qui ex cobibit non ſitiet vmquam.

Salmo 81.

Dios se encuentra en la sinagoga de los judíos, y de ahi, como rosa entre espinas surge la Madre de Dios.
Lave mis impurezas, Señora, [tú] que siempre resplandeces de pureza.
Fuente de vida, fluye hacia mi boca; de ti brotan y se dispersan las aguas vivas.
Todos los sedientos vengan a ella y de su fuente beberán con alegría.
Quien bebe de ella alcanza la vida eterna y tras libarla nunca más vuelve a tener sed.


Pſalmus 82.

Domina mea quis ſimilis erit tibi: quæ  gratia & gloria ſuperemines vniuerſis.
Sicut exaltantur cæli à terra: ſic præcelſior cunctis rutilas exaltata.
Vulnera cor meum charitate tua: fac me dignum gratia & muneribus tuis.
Liquefiat anima mea amore tuo: & concupiſcentia tua cor meum inflammetur.
Fac me deſiderare honorificentiam & gloriam tuam: vt per te recipiar ad pacem Ieſu Chriſti.

Salmo 82.

Señora mía, ¿quién es igual a ti?; tu gracia y tu gloria son superiores a todo.
Tal como el cielo se eleva sobre la tierra, así resplandeces exaltada muy por encima de todo.
Hiere mi corazón con tu caridad; hazme digno de tu gracia y de tus dones.
Que tu amor derrita a mi alma y que mi corazón se inflame del deseo por ti.
Haz que desee tu honra y tu gloria, a fin de que por ti sea recibido en la paz de Jesucristo.

...

Pſalmus 83.

Qvàm dilecta tabernacula tua Domina virtutum: quàm amabilia tentoria requietionis tuæ.
Honorate illam peccatores: & impetrabit vobis ſalutem & pacem.
Super thus & balſamum orationis eius incenſum: preces eius non reuertentur vacuæ nec inanes.
Intercede pro me Domina apud Chriſtum filium tuum: & ne derelinquas me in vita nec in norte.
Benignus eſt enim ſpiritus tuus: & gratia tua replet orbem terrarum.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cælorum.

Salmo 83.

¡Cuán amados son tus tabernáculos, Señora de las virtudes; cuán generosas tus tiendas de paz!
Hónrenla a ella, pecadores, y ella obtendrá para ustedes la salvación y la paz.
Por encima del incienso y el bálsamo está el perfume de su oración; sus oraciones no regresan vacuas ni vacías.
Intercede por mí, Señora, ante Cristo, hijo tuyo; y no me abandones en la vida ni en la muerte.
Tu espíritu es, en verdad, generoso; y de tu gracia está llena toda la tierra.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Oratio.

Salue cæli terræque Regina Virgo Maria, quæ progrederis quaſi aurora cōſurgens, pulchra vt luna, electa vt ſol, terribilis dęmonibus, ſicut caſtrorum acies ordinata largire mihi obſecro, vt continuum tibi obſequium gratumq; deferam, nihil in me inueniatur, quod oculos tuos offendat, oculos, inquam, Angelorum oculis puriores, ô ſanctiſſima Virgo, Amen.

Oración.

Salve, Virgen María, Reina del cielo y de la tierra, que surges como la aurora que se eleva, hermosa como la luna y resplandeciente como el sol, terrible para los demonios como grandioso ejército dispuesto a la batalla; te pido poder ofrecerte un servicio grato de manera continua y que no me revista con nada que ofenda a tus ojos; pues tus ojos, ¡oh, santísima Virgen!, se dicen que son más puros que los de los ángeles. Amén.


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