30.1.15




Ad nonam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cælis tolle nos ad aſtra.

En nona.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Pſalmus 61.

Nonne tibi ſubiecta erit anima mea Virgo clementiſſima: quæ Saluatorem omnium genuisti.
Memento filiorum Euæ perditorum: exaudi ſaluatrix planctus cordis noſtri.
Infunde nobis gratiam de theſauris tuis: & ſuauiſſimis vnguentis tuis placa dolorem noſtrum.
Da nobis gaudium & lætitiam: vt confundamus bonorum inimicos.
Ablue omnia peccata noſtra: ſana cunctas iniquitates noſtras.

Salmo 61.

¿No se sujetará mi alma a ti, Virgen clementísima, que engendraste al Salvador de todos?
Recuerda a los perdidos hijos de Eva; escucha, Salvadora, el lamento de nuestro corazón.
Infunde sobre nosotros la gracia de tus tesoros, y que tus agradables perfumes aplaquen nuestro dolor.
Concédenos el regocijo y la alegría, para que así confundamos a los enemigos de los buenos.
Lava todos nuestros pecados, sana todas nuestras iniquidades.


Pſalmus 62.

Deus Deus meus: pro Matre tua te glorifico.
Virginaliter enim te concepit: & ſine anguſtia te parturiuit.
Benedicta ſis ô Domina noſtra: & pro nobis aſſiſte ante thronum Dei.
Species & claritas in conſpectu tuo: miſericordia & charitas in animo tuo.
Cuſtodi animam meam Virgo benigna: vt numquam corruat in peccatum.

Salmo 62.

Dios, Dios mío, a través de tu Madre te glorifico.
Siendo virgen, en verdad, te concibió; y sin angustias te alumbró.
Bendita seas, ¡oh, Señora nuestra!, asístenos ante el trono de Dios.
La belleza y claridad están [presentes en] tu aspecto, la misericordia y la caridad en tu ánimo.
Custodia mi alma, Virgen benigna, para que nunca caiga en el pecado.


Pſalmus 63.

Exaudi Domina orationem meam cùm deprecor: à pauore crudelis inimici libera animam meam.
Impetra nobis ſeruulis tuis pacem: & ſecuritatem in tremendo iudicio.
Benedicta tu ſuper omnes mulieres: & benedictus fructus virginalis vteri tui.
Illumina Domina oculos meos: & illuſtra cæcitatem meam.
Da mihi in te confidentiam bonam: in vita, & in interitu meo.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cęlis tolle nos ad aſtra.

Salmo 63.

Escucha, Señora, la oración que te ofrezco; del pavor ante el cruel enemigo libera a mi alma.
Obtén para nosotros, tus siervos, la paz y la seguridad frente al grandioso juicio.
Bendita seas sobre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre virginal.
Ilumina, Señora, mis ojos y alumbra mi ceguera.
Concédeme una segura confianza en ti, en esta vida y frente a mi destrucción [muerte].

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Oratio.

Ad te venio glorioſiſſima Dei genitrix quam Matrē miſericordiæ, & Reginam pietatis vocat & agnoſcit omnis Eccleſia Sanctorum. Noli denegare peccatoribus interpelationis tuæ gratiam apud benedictum filium tuum. Tu quæ numquam repulſam pateris, cuius miſericordia nulli vmquam defuit, eſto nobis aduocata, & veniam de peccatis nobis obtine, nunc & in hora mortis noſtræ, Amen.

Oración.

A ti me acerco, gloriosísima Madre de Dios, a quien como Madre de Misericordia y Reina de la Piedad te invoca y te reconoce toda la Iglesia. No niegues a los pecadores la gracia de tu interpelación ante tu Hijo bendito. Tú, a quien nunca rechaza el Padre y cuya misericordia nunca falla, sé nuestra Abogada y obtén el perdón de nuestros pecados, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


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29.1.15




Ad sextam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cælis tolle nos ad aſtra.

En sexta.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Pſalmus 58.

Eripe me de inimicis meis Domina mundi: exurge in occurſum meum Regina pietatis.
Aurum obriſum in ornamentis tuis: ſardius & topaſius in diademate tuo.
Iaſpis & ametiſtus in dextra tua: berillus & cryſolitus in finiſtra tua.
Iacinthus & achates in pectore tuo: carbunculi ſtillantes in monilibus tuis.
Myrrha, thus & balſamum in manibus tuis: ſapphirus & ſmaragdus in digitis tuis.

Salmo 58.

Sálvame de mis enemigos, Señora del mundo; levántate y ven a mi encuentro, Reina de piedad.
El oro más puro es tu ornamento, el sardio y el topacio son tu diadema.
El jaspe y la amatista están a tu derecha, el berilio y el crisólito a tu izquierda.
El jacinto [topacio] y el ágata están en tu pecho, los rubíes resplandecen en tu collar.
La mirra, el incienso y el bálsamo están en tus manos; el zafiro y la esmeralda en tus dedos.


Pſalmus 59.

Deus repuliſti nos propter peccata noſtra: & miſertus es nobis per Virginem Mariam.
Intercede pro nobis ſalutifera Mater Dei: quæ Angelorum & hominum ſalutem peperiſti.
Tu enim mœſtis conſolationem infundis: & mœrentibus lætitiam & dulcorem.
Lætifica nos dulcifluo ſono oris tui: & liquore tuo roſeo perfunde corda noſtra.
Tonate cæli deſuper, & dare illi laudem: glorifica illam terra cum omnibus habitatoribus tuis.

Salmo 59.

Dios, nos rechazaste a causa de nuestro pecado y tuviste misericordia de nosotros debido a la Virgen María.
Intercede por nosotros, saludable Madre de Dios, pues tú alumbraste al Salvador de los ángeles y de los hombres.
Tú, en verdad, a los afligidos les infundes el consuelo; y a los tristes, la alegría y la dulzura.
Alégranos con el dulce sonido de tu boca y que tu rosáceo licor bañe nuestros corazones.
Resuenen, altos cielos, y denle alabanza a ella; glorifícala a ella, tierra, junto a todos tus habitantes.


Pſalmus 60.

Exaudi Domina deprecationem meam: & ſupra firmam petram ſtabilias mentem meam.
Eſto mihi turris fortiſſima: me contuens à facie crudelis vaſtatoris.
Vt caſtrorum acies ſis illi terribilis: & viuus corruat in profundum inferni.
Tu enim rutilans es vt decora nubes: rorifera vt conſurgens aurora.
Pulchra es & clara vt luna pleniſſima: & tanquam ſol refulget ſacratiſſimus aſpectus tuus.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cęlis, tolle nos ad aſtra.

Salmo 60.

Escucha, Señora, mi súplica; y sobre la piedra firme sitúa mi mente.
Sé mi torre excelsamente fuerte, quédate a mi lado frente a la faz del cruel corruptor.
Sé terrible como un ejército dispuesto, y que aquel caiga vivo a lo profundo del infierno.
Tú eres, en verdad, resplandeciente y bella; la nube de rocío y la aurora que se eleva.
Eres hermosa y clara como la luna completamente llena, como el sol refulgente es tu sacratísimo aspecto. 

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Oratio.

Immaculata Virgo, Filia Dauidis & Abrahæ, inclina aurem tuam ad preces noſtras, & ne obliuiſcaris populi tui, neque noſtri, qui ſumus de familia & domo Patris tui. Ad te clamamus, recordare noſtri ſantiſſima Virgo. Tibi nos commendamus, eſto mediatrix noſtra ante conſpectum filij tui Domini noſtri Ieſu Chriſti, Amen.

Oración.

Virgen Inmaculada, Hija de David y de Abrahám, inclina tus oídos a nuestras súplicas y no olvides a tu pueblo ni a nosotros, que somos de la familia y casa de tu Padre. A ti clamamos, recuérdanos Virgen santísima. A ti nos encomendamos, sé mediadora nuestra ante la mirada de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Amén.


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28.1.15




Ad tertiam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cælis tolle nos ad aſtra.

En tercia.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Pſalmus 55.

Miſerere mei Domina, quoniam conculcauerunt me hoſtes mei: tota die cogitationes eorum in malum contra me.
Excita furorem & memento belli: & ſuper eos iram tuam effunde.
Innoua ſigna, & immuta mirabilia: ſentiamus adiutorium brachij tui.
Magnifica nomen tuum ſuper nos: vt cognoſcamus, quoniam in ſęculum miſericordia tua.
Stilla nobis guttam ſuauitatis tuæ: quia tu es pincerna gratiæ & dulcoris.

Salmo 55.

Ten misericordia de mí, Señora, pues mis enemigos me oprimen; todo el día conciben la maldad contra mí.
Acrecienta tu furor y recuerda combatirlos, infunde tu ira sobre ellos.
Renueva tus señales y transmuta tus maravillas, que sintamos la ayuda de tu brazo.
Magnifica tu nombre sobre nosotros, a fin de que sepamos que por los siglos está [presente] tu misericordia.
Deja caer sobre nosotros una gota de tu suavidad, pues tú eres la escanciadora de la gracia y la dulzura.


Pſalmus 56.

Miſerere mei Domina, miſerere mei qui paratum eſt cor meum exquirere volūtatem tuam.
Et in vmbra alarum tuarū requieſcam: quia delectabile mihi eſt refrigerium tuum.
Manus tuæ diſtillant myrrham primam: & digiti tui vnguenta gratiarum.
Vt fragmen mali punici eſt guttur tuum: & ſpiramen oris tui ſuaue compoſitum timiama.
Tu es enim Mater pulchræ dilectionis: anchora ſpei, portus indulgentia, & ianua ſalutis.

Salmo 56.

Ten misericordia de mí, Señora, ten misericordia de mí, pues mi corazón está dispuesto a inquirir sobre tu voluntad.
Y que a la sombra de tus alas pueda descansar, pues me resulta deleitable tu consuelo.
Tus manos destilan principalmente mirra y tus dedos los perfumes de las gracias.
Como fragmento de granada es tu cuello [boca], y el aliento de tu boca es un agradable compuesto de incienso. 
Tú eres, en verdad, la Madre del amor hermoso, el ancla de la esperanza, el puerto de la indulgencia y la puerta de la salvación.


Pſalmus 57.

Si verè vtique iuſtitiam loquimini: iuſtitiæ & miſericordiæ honorate Reginam.
Ad laudem enim & gloriam pertinet Saluatoris: quidquid honorificum ſuæ impenſum fuerit genitrici.
Roſæ Martyrum te circumdant, ô Regina: lilia virginea ambiunt thronum tuum.
Laudate eam ſimul aſtra matutina: concentum illi facite omnes filij Dei.
Glorificate eam cæli & terra: mare & flumina, ac fundamenta orbis.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cælis tolle nos ad aſtra.


Salmo 57.

Si en verdad hablas según la justicia, honra a la Reina de la justicia y la misericordia.
Para la alabanza y gloria que corresponden al Salvador, todo honor sea otorgado a la Madre.
Las rosas de los mártires te circundan, ¡oh, Reina!, y los lirios de las vírgenes rodean tu trono.
Alábenla juntos, astros de la mañana; que todos los hijos de Dios le concedan una [concertada] armonía.
Que la glorifiquen a ella el cielo y la tierra, el mar y los ríos, y hasta el fundamento del orbe.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Oratio.

Ad te confugio ſalutis indigens ſancta Deipara, peccatorum meorum agnoſcer multitudinem. Viſita ægrotantem animam meam, & pate à filio tuo & Deo meo, dari mihi malorum que feci remiſſionem. Sola ſancta, ſola benedicta, omnem ſpem me ſub protectione tua, Amen.

Oración.

En ti me refugio, necesitado de salvación, santa Deípara; yo reconozco la multitud de mis pecados. Visita a mi alma enferma y pide a tu Hijo y a mi Dios, que me concedan el perdón por lo que hice mal. Única santa, única bendita, toda esperanza mía se halla bajo tu protección. Amén.


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23.1.15




Ad primam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cælis tolle nos ad aſtra.

En prima.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Pſalmus 52.

Dixit inſipiens inimicus in corde ſuo: hominem ejiciam de tabernaculo filiorum Dei.
Egrediar & ero ſpiritus mēdax in ore ſerpentis: & per feminam deijciam virum eius.
Sicut exaltantur, ô miſer, cæli à terra: ſic exaltatæ ſunt cogitationes Dei à cogitationibus tuis.
Noli extolli de caſu mulieris: mulier conteret caput tuū.
Tu illi foueam præpariſti: ſed in laqueo humilitatis illius capieris.

Salmo 52.

Dijo el insensato enemigo en su corazón: "Expulsaré al hombre del tabernáculo de los hijos de Dios.
Partiré y seré el espíritu mentiroso en boca de la serpiente, y por la mujer expulsaré a [quien es] su hombre".
¡Oh, miserable!, así como se eleva el cielo sobre la tierra, así de elevados son los pensamientos de Dios por encima de tus pensamientos.
No te enorgullezcas por lo sucedido con la mujer, pues la Mujer destrozará tu cabeza.
Tú le preparaste a ella un foso, pero en la trampa de su humildad caerás.

...

Pſalmus 53.

Domina in nomine tuo ſaluum me fac: & ab iniustitijs meis libera me.
Vt non noceat mihi calliditas inimici: ſub vmbra alarum tuarum protege me.
O Domina mea adiuua me: & gratiam tuam largire animę meæ.
Voluntariè offeram tibi ſacrificium laudis: & confitebor nomini tuo, quoniam bonum eſt.
Quoniam ex omni tribulatione liberabis me: & inimicos meos deſpiciet oculus meus.

Salmo 53.

Señora, sálvame por tu nombre y liberáme de las injusticias sobre mí.
A fin de que no me dañe la destreza de mi enemigo, protégeme bajo la sombra de tus alas.
¡Oh, Señora mía, protégeme!, y concédele tu gracia a mi alma.
Libremente te ofreceré un sacrificio de alabanza; y celebraré tu nombre, porque es generoso.
Porque me has liberado de toda tribulación, y mis ojos despreciarán a mis enemigos.


Pſalmus 54.

Exaudi Domina orationem meam: & ne contemnas deprecationem meam.
Contriſtatus ſum in cogitatione mea: quia iudica Dei pertretuerunt me.
Tenebræ mortis venerunt ſuper me: & pauor inferni horribiliter inuaſit me.
Ego autem in ſolitudine expecto conſolationem tuam: & in cubili meo præſtolor miſericordiam tuam.
Glorifica manum & dextrum brachium tuum: vt proſternantur a nobis inimici noſtri.

Gloria perennis tibi ſit ſpes noſtra: quæ regnas in cęlis tolle nod as aſtra.

Salmo 54.

Escucha mi oración, Señora, y no desprecies mi súplica.
Me siento afligido en mis pensamientos, pues los juicios de Dios me aterrorizan.
Las tinieblas de la muerte vienen sobre mí y el pavor al terrible infierno me invade.
Yo, por lo tanto, en la soledad espero tu consuelo y en mi lecho aguardo tu misericordia.
Glorifica tu mano y tu brazo derecho, y que se postrernen ante nosotros nuestros enemigos.

Gloria eterna a ti, esperanza nuestra, que reinas en los cielos; llévanos a las estrellas.


Oratio.

Ave feminarum pulcherrima Virgo Maria, oſtende mihi precor faciem tuam, ſoner vox tua dulcis in auribus meis, cuius auditu reuiuiſcat, reſurgatque ſpiritus meus à morte peccati, & ſomno tepidæ conuerſationis. Concede mihi obſecro, vt amor tui ingrediatur in thalamum pectoris mei, & omnia interiora mea feliciter occupet, vt mundana prorſus faſtidiam, Amen.

Oración.

Salve, Virgen María, la más hermosa entre las mujeres, te ruego que me muestres tu rostro; que resuene tu dulce voz en mis oídos, pues su escucha vivifica; resucita mi espíritu de la muerte del pecado y sácalo del sueño lánguido. Haz, te lo suplico, que tu amor penetre hasta el tálamo de mi pecho y que ocupe alegremente todo mi interior, a fin de que rechace por completo lo mundano. Amén.


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