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No es grato señalarlo, pero cuán contrastante es que –según esta cita de
san Juan Crisóstomo- extraños líderes venidos del saliente hayan sido capaces de
convertirse en sacerdotes de Cristo debido a su magnanimidad, mientras que muchos
de los actuales guías del poniente -que ostentan tan altísima dignidad- cada
vez parecieran menos capaces de ofrendar sus propios votos y promesas.