27.2.15




Ad nonam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cælorum.

En tercia.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Pſalmus 84.

Benedixiſti Domine domū tuam: conſecraſti habitationem tuam.
Hæc eſt ſpecioſa inter filias Ieruſalem: cuius memoria eſt in benedictione.
Beatiſſimam prædicate illā Angeli ſancti: glorifícate illam Virtutes & Dominationes.
Populi gentium exquirite prudentiam eius: inueſtigate theſauros miſericordia eius.
Sentite de illa in bonitate: & in ſimplicitate cordis quærite illam.

Salmo 84.

Has bendecido, Señor, a tu morada; has consagrado a tu habitáculo.
Ella es la [más] hermosa entre las hijas de Jerusalén, cuyo recuerdo es bendecido.
Los santos ángeles la proclaman: Santísima; las virtudes y las dominaciones, la glorifican.
Pueblos de las [diversas] naciones, busquen su prudencia, indaguen por los tesoros de su misericordia.
Percíbanla con bondad y búsquenla con simplicidad de corazón.

...

Pſalmus 85.

Inclina Domina aurem tuā & exaudi me: conuerte vultum & miſerere mei.
Diſtillatio dulcoris tui oblectat animam ſanctam: & infuſio charitatis tuæ ſuper mel & fauum.
Irradiatio gratiæ tuæ dilucidat intellectum: & lux miſerationum tuarum perducit ad ſalutem.
Fons bonitatis tuæ inebriat ſatientes: & aſpectus faciei tuæ retrahit à peccato.
Scire & cognoſcere te, eſt radix immortalitatis: & enarrate virtutes tuas, eſt via ſalutis.

Salmo 85.

Inclina tu oído, Señora, y escúchame; muéstrame tu rostro y ten misericordia de mí.
El destilar de tu dulzura regocija a las almas santas, y la efusión de tu caridad es mejor que la miel y el panal.
La irradiación de tu gracia aclara la inteligencia y la luz de tu misericordia conduce a la salvación.
La fuente de tu bondad embriaga a los sedientos y el aspecto de tu rostro aleja el pecado.
Entenderte y conocerte es la raíz de la inmortalidad y narrar tus virtudes es camino de la salvación.
...

Pſalmus 86.

Fvndamenta vitæ in anima iuſti: perſeuerantis in charitate tua vſque in ſinem.
Miſericordia tua releuat pauperem in aduerſitate: & inuocatio melliflui nominis tui immittit ei confidentiam bonam.
Miſerationibus tuis repletur paradiſus: à terrore tuo hoſtis confunditur infernalis.
Qui ſperat in te inueniet theſauros pacis: & qui te in hac vita non inuocat, nō perueniet ad regnum Dei.
Fac Domina vt viuamus in gratia Spiritus ſancti: & perduc animas noſtras ad beatū finem.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cælorum.

Salmo 86.

Este es el fundamento de la vida en el alma de los justos: perseverar en el amor a ti hasta el final.
Tu misericordia alivia al pobre ante la adversidad, y la invocación de tu melífluo nombre le concede una firme confianza.
A causa de tu misericordia está lleno el paraíso y por temor a ti el infernal enemigo se ve confundido.
Quien espera en ti hallará la paz; y quien en esta vida no te invoca no alcanzará al reino de Dios.
Haz, Señora, que vivamos en la gracia del Espíritu Santo y conduce nuestras almas a un bendito final.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Oratio.

Ave ſanctiſſima Virgo Maria, cuius ſuauis odor aromatum lætificat iuſtos, cuius benedictus fructus vteri ſatiat beatos: laudo te & glorifico Virgo gratioſa, colo & veneror humillime intemerata & intacta tua viſcera, atq; obſecro, vt donum puritatis in anima mea creſcat & augeatur, Amen.

Oración.

Salve, santísima Virgen María, el suave aroma de tus perfumes regocija a los justos y el bendito fruto de tu vientre satisface a los bienaventurados; te alabo y te glorifico, Virgen agraciada, honro y venero con humildad tu vientre inmaculado e intacto, y te pido que el don de la pureza crezca y se incremente en mi alma. Amén.


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25.2.15



Ad sextam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cælorum.

En tercia.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Pſalmus 81.

Deus ſtetit in Synagoga Iudæorum: de qua vt roſa de ſentibus progreſſa eſt Mater Dei.
Terge fæditatem meam Domina: quæ ſemper rutilas puritate.
Fontem vitæ influe in os meum: ex quo viuentes aquæ profluunt & emanant.
Omnes ſitientes venite ad illam: & de fonte ſuo gratanter vos potabit.
Ex quo qui haurit ſaliet in vitam æternam: & qui ex cobibit non ſitiet vmquam.

Salmo 81.

Dios se encuentra en la sinagoga de los judíos, y de ahi, como rosa entre espinas surge la Madre de Dios.
Lave mis impurezas, Señora, [tú] que siempre resplandeces de pureza.
Fuente de vida, fluye hacia mi boca; de ti brotan y se dispersan las aguas vivas.
Todos los sedientos vengan a ella y de su fuente beberán con alegría.
Quien bebe de ella alcanza la vida eterna y tras libarla nunca más vuelve a tener sed.


Pſalmus 82.

Domina mea quis ſimilis erit tibi: quæ  gratia & gloria ſuperemines vniuerſis.
Sicut exaltantur cæli à terra: ſic præcelſior cunctis rutilas exaltata.
Vulnera cor meum charitate tua: fac me dignum gratia & muneribus tuis.
Liquefiat anima mea amore tuo: & concupiſcentia tua cor meum inflammetur.
Fac me deſiderare honorificentiam & gloriam tuam: vt per te recipiar ad pacem Ieſu Chriſti.

Salmo 82.

Señora mía, ¿quién es igual a ti?; tu gracia y tu gloria son superiores a todo.
Tal como el cielo se eleva sobre la tierra, así resplandeces exaltada muy por encima de todo.
Hiere mi corazón con tu caridad; hazme digno de tu gracia y de tus dones.
Que tu amor derrita a mi alma y que mi corazón se inflame del deseo por ti.
Haz que desee tu honra y tu gloria, a fin de que por ti sea recibido en la paz de Jesucristo.

...

Pſalmus 83.

Qvàm dilecta tabernacula tua Domina virtutum: quàm amabilia tentoria requietionis tuæ.
Honorate illam peccatores: & impetrabit vobis ſalutem & pacem.
Super thus & balſamum orationis eius incenſum: preces eius non reuertentur vacuæ nec inanes.
Intercede pro me Domina apud Chriſtum filium tuum: & ne derelinquas me in vita nec in norte.
Benignus eſt enim ſpiritus tuus: & gratia tua replet orbem terrarum.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cælorum.

Salmo 83.

¡Cuán amados son tus tabernáculos, Señora de las virtudes; cuán generosas tus tiendas de paz!
Hónrenla a ella, pecadores, y ella obtendrá para ustedes la salvación y la paz.
Por encima del incienso y el bálsamo está el perfume de su oración; sus oraciones no regresan vacuas ni vacías.
Intercede por mí, Señora, ante Cristo, hijo tuyo; y no me abandones en la vida ni en la muerte.
Tu espíritu es, en verdad, generoso; y de tu gracia está llena toda la tierra.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Oratio.

Salue cæli terræque Regina Virgo Maria, quæ progrederis quaſi aurora cōſurgens, pulchra vt luna, electa vt ſol, terribilis dęmonibus, ſicut caſtrorum acies ordinata largire mihi obſecro, vt continuum tibi obſequium gratumq; deferam, nihil in me inueniatur, quod oculos tuos offendat, oculos, inquam, Angelorum oculis puriores, ô ſanctiſſima Virgo, Amen.

Oración.

Salve, Virgen María, Reina del cielo y de la tierra, que surges como la aurora que se eleva, hermosa como la luna y resplandeciente como el sol, terrible para los demonios como grandioso ejército dispuesto a la batalla; te pido poder ofrecerte un servicio grato de manera continua y que no me revista con nada que ofenda a tus ojos; pues tus ojos, ¡oh, santísima Virgen!, se dicen que son más puros que los de los ángeles. Amén.


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11.2.15




Ad tertiam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cælorum.

En tercia.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Pſalmus 78.

Domina venerunt gentes in hereditatem Dei: quas tu Chriſto meritò meritis tuis confœderaſti.
Sit eloquium tuum dulce pro me coram ipſo: & coniunge me illi qui me redemit.
Extende brachium tuum contra hoſtem crudelem: & denuda mihi verſutiam illius.
Vox tua dulcis ſuper omnem melodiam: harmonia Angelica ei non valet comparari.
Diſtilla mihi ſuauitatem gratiarum tuarum: & tuorum chariſmatum fragrantiam & odorem.

Salmo 78.

Señora, los pueblos vienen a la heredad de Dios porque con tus méritos los hiciste pactar apropiadamente con Cristo.
Que tus palabras sean favorables a mí delante de él, úneme con aquel que es mi Redentor.
Extiende tu brazo contra el cruel enemigo y revélame sus artimañas.
Tu voz es más dulce que toda melodía, ni la armonía angélica se le puede comparar.
Destila sobre mí la suavidad de tu gracia, y [también] el perfume y el aroma de tus dones.

...

Pſalmus 79.

Qvi regis Iſraël intende ad me: fac me dignè tuam Matrem collaudare.
Expergiſcere de puluere anima mea: perge in occurſum Regina cæli.
Solue vincla colli tui paupercula anima mea: & glorioſis laudibus excipe illam.
Odor vitæ  de illa progreditur: & omnis ſalus de corde eius ſcaturizat.
Chariſmatum ſuorum fragrantia ſuaui: animæ mortuæ ſuſcitantur.

Salmo 79.

Tú que reinas en Israel, préstame atención: hazme digno de alabar a tu Madre.
Despierta a mi alma del polvo, que vaya al encuentro de la Reina del cielo.
Rompe las cadenas de tu cuello, ¡miserable alma mía!, y recíbela con gloriosas alabanzas.
El aroma de la vida surge desde ella y toda salvación emana de su corazón.
Por el suave perfume de sus dones las almas muertas resucitan.

...

Pſalmus 80.

Exultate Dominæ adiutrici noſtræ: iubilate illi in lætitia cordis veſtri.
Accendantur affectus veſtri in illam: & inimicos veſtros induet confuſione.
Imitemur humilitatem eius: obedientam & manſuetudinem illius.
Omnes gratiæ Dei radiant in illa: capaciſſima enim fuit bonitas illius.
Currite ad illam cum deuotione ſancta: & de bonis ſuis participabit vobis.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cælorum.

Salmo 80.

Ensalcen a la Señora, nuestra ayuda; celébrenla con la alegría de sus corazones.
Que el inflamado afecto de ustedes esté en ella y ella cubrirá a sus enemigos de confusión.
Imitémos su humildad, su obediencia y su mansedumbre.
Toda la gracia de Dios resplandece en ella, su bondad es excelsamente vasta.
Corran hacia ella con santa devoción y podrán participar de sus bienes.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Oratio.

Salue ſancta Maria, de qua Rex cæli & terræ, vt genus humanum redimeret, carnem aſſumere voluit, mediatrix inter Deum & hominem, cuius interceſſione cęlum terrę iungitur: impetra mihi peccatorum meorum remiſſionem, vt voto toto corde diligam & honorem Filium tuum Dominum noſtrum, teq; ſimul miſericordiarū genitricem nunc & in æternum, Amen.

Oración.

Salve, Santa María, por quien el Rey del cielo y de la tierra quiso asumir la carne y redimir al género humano; mediadora entre Dios y los hombres, y por cuya intercesión el cielo y la tierra se unen, obtén la remisión de mis pecados para que ahora y siempre ame y honre de todo corazón a tu Hijo, nuestro Señor, y también a ti, Madre de Misericordia. Amén. 


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9.2.15




Ad primam.

V. Domina in adiutorium meum intende.
R. Domina ad adiuuandum me feſtina.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cælorum.

En prima.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Pſalmus 75.

Notus in Iudæ a Deus: in Iſraël honorificentia Matris eius.
Dulcis eſt memoria eius ſuper omnia aromata.
Salus & vita in domo illius: & in tabernaculo eius pax & gloria ſempiterna.
Honorificate illam cæli & terra: quia ſummus artifex hanc mirabiliter honorauit.
Date illi omnes creature laudem: & ſtupendam miſericordiam eius extollite gratulanter.

Salmo 75.

Dios es conocido en Judea, en Israel es honrada su Madre.
Su memoria es dulce y es superior a todo aroma.
La salvación y la vida están en su morada; en su tabernáculo, la paz y la gloria eterna.
Hónrenla a ella cielo y tierra, pues el sumo Artífice la ha honrado admirablemente.
Que la alaben a ella todas las criaturas, que ensalcen con gratitud su maravillosa misericordia.

...

Pſalmus 76.

Voce mea ad Dominam clamaui: & ſolita ſua dulcedine intendit mihi.
Abſtulit à corde meo mœstitiam & mœrorem: & ſuauitate ſua cor meū dulcorauit.
Formidinem meam erexis in confidentiam bonam: & ſuo aſpectu columbino mentem meam ſtabiliuit.
Adiutorio ſancto ſuo euaſi pericula mortis: & de manus ferocis & crudelis ſubterfugi.
Gratias ago Deo & tibi Mater pia: de omnibus quæ aſſecutus ſum miſericordia & pietate tua.

Salmo 76.

Mi voz clamaba hacia la Señora, y su exclusiva dulzura dirigió hacia mí.
Removió de mi corazón a la tristeza y la lamentación, y con su suavidad endulzó mi corazón.
A mi temor lo transformó en una preciosa confianza, y su aspecto de paloma ha estabilizado mi mente [alma].
Mediante su sagrado auxilio evadí el peligro mortal y me ha ocultado de las manos feroces y crueles.
Le doy gracias a Dios y a ti, piadosa Madre, por todo lo obtenido de tu misericordia y tu piedad.


Pſalmus 77.

Attendite popule Dei præcepta eius: & Reginæ gratiæ nolite obliuiſci.
Aperite cor ad inueſtigandum eam: & labia ad glorificandum illam.
Deſcendat amor eius in cordibus veſtris: & concupiſcite placere illi.
Pulchritudo eius vincit ſolem & lunam: compoſitio decoris eius adornamenta virtutum.
Miſerere mei Regina gloriæ  & honoris: & ab omni periculo cuſtodi mētem meam.

Gloria tibi ſit Regina virginum: tecum nos perducas ad regna cælorum.

Salmo 77.

Presta atención, pueblo de Dios, a sus preceptos; y no olvides la gracia de la Reina.
Abran sus corazones para buscarla y sus labios para glorificarla.
Que su amor descienda a sus corazones y anhelen complacerla.
Su hermosura vence al sol y a la luna, su belleza está compuesta por las virtudes que la engalanan.
Ten misericordia de mí, Reina de la gloria y del honor; frente a todo peligro custodia mi mente [alma].

Gloria a ti, Reina de las vírgenes; condúcenos al reino de los cielos.


Oratio.

Ave ſanctiſſima & inter omnes mulieres benedicta Maria, poſt Vnigenitum tuum certa fidelium ſalus, & in anguſtijs & periculis leuamen: impetra mihi à filio tuo verā animæ  & corporis ſalutem, & puritatem, vt nulli delectationi ſenſuali, omnibus blandinijs, & carnis cupiditatibus, in te & filio tuo ſemper conquieſcam, Amen.

Oración.

Salve, María santísima, bendita entre todas las mujeres; después de tu Hijo, tú eres la salvación de los fieles y el consuelo ante sus angustias y peligros. Obtén de tu Hijo la verdadera salud de mi alma y de mi cuerpo -así como su pureza- y que anulando el gozo sensual, todo impulso y deseo de la carne, repose siempre en ti y en tu Hijo. Amén. 


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