Veamos ahora el original acróstico griego de la
Sibila de Eritrea -junto a una posterior traducción y notas
personales- según la obra de:
Geffcken, J. (1902). Die Oracula Sibyllina. Ed. J.C. Hinrisch’sche Buchhandlung, Leipzig, pp. 153-157 (libro 8, versos 217-250).
Texto griego:
͑Ιδρώσει δὲ χθών, κρίσεως σημεῖον ὅτ' ἔσται.
͑Ηξει δ' οὐρανόθεν βασιλεὺς αἰῶσιν ὁ μέλλων,
Σάρκα παρὼν πᾶσαν κρῖναι καὶ κόσμον
ἅπαντα.
͑Οψονται δὲ θεὸν μέροπες πιστοὶ καὶ ἄπιστοι
͑Υψιστον μετὰ τῶν ἁγίων ἐπὶ τέρμα χρόνοιο.
Σαρκοφόρων δ' ἁνδρῶν ψυχὰς ἐπὶ βήματι
κρίνει,
Χέρσος ὅταν ποτε κόσμος ὅλος καὶ ἄκανθα
γένηται.
͑Ρίψωσίν δ' εἴδωλα βροτοὶ καὶ πλοῦτον ἅπαντα.
͑Εκκαύσει δὲ τὸ πῦρ γῆν οὐρανὸν ἠδὲ θάλασσαν
͑Ιχνεῦον, ῥήξει τε πύλας εἱρκτῆς ͑Αΐδαο.
Σὰρξ τότε πᾶσα νεκρῶν ἐς ἐλευθέριον
φάος ἥξει
Τῶν ἁγίων· ἀνόμους δὲ τὸ πῦρ αἰῶσιν ἐλέγξει.
͑Οππόσα τις πράξας ἔλαθεν, τότε πάντα λαλήσει·
Στήθεα γὰρ ζοφόεντα θεὸς φωστῆρσιν
ἀνοίξει.
Θρῆνος δ' ἐκ πάντων ἔσται καὶ βρυγμὸς
ὀδόντων.
͑Εκλείψει σέλας ἠελίου ἄστρων τε χορεῖαι.
Οὐρανὸν εἱλίξει· μήνης δέ τε φέγγος
ὀλεῖται.
͑Υψώσει δὲ φάραγγας, ὀλεῖ δ' ὑψώματα βουνῶν,
͑Υψος δ' οὐκέτι λυγρὸν ἐν ἀνθρώποισι φανεῖται.
͑Ισά δ' ὄρη πεδίοις ἔσται καὶ πᾶσα θάλασσα
Οὐκέτι πλοῦν εἴξει. γῆ γὰρ φρυχθεῖσα τότ'
ἔσται
Σὺν πηγαῖς, ποταμοί τε καχλάζοντες
λείψουσιν.
Σάλπιγξ δ' οὐρανόθεν φωνὴν πολύθρηνον
ἀφήσει
͑Ωρύουσα μύσος μέλεον καὶ πήματα κόσμου.
Ταρταρεον δὲ χάος δείξει τότε γαῖα
χανοῦσα.
͑Ηξουσιν δ' ἐπὶ βῆμα θεοῦ βασιλῆος ἅπαντες.
͑Ρεύσει δ' οὐρανόθεν ποταμὸς πυρὸς ἠδὲ θεείου.
Σῆμα δέ τοι τότε πᾶσι βροτοῖς, σφρηγὶς
ἐπισημος
Τὸ ξύλον ἐν πιστοῖς, τὸ κέρας τὸ
ποθούμενον ἔσται,
͑Ανδρῶν εὐσεβέων ζωή, πρόσκομμά δὲ κόσμου,
͑Υδασι φωτίζον κλητοὺς ἐν δώδεκα πηγαῖς·
͑Ράβδος ποιμαίνουσα σιδηρείη γε κρατήσει.
Οὗτος ὁ νῦν προγραφεὶς ἐν ἀκροστιχίοις
θεὸς ἡμῶν
Σωτὴρ ἀθάνατος βασιλεὺς, ὁ παθὼν ἕνεχ'
ἡμῶν.
ΙΗΣΟϒΣ ΧΡΕΙΣΤΟΣ
ΘΕΟϒ
ϒΙΟΣ
ΣΩΤΗΡ
ΣΤΑϒΡΟΣ
...
Traducción:
El sudor de la tierra será el signo del juicio.
Desde el cielo vendrá el Rey de los eones, [1]
se presentará para juzgar a toda carne y a todo
el cosmos [2].
Verán a Dios tanto los humanos que tengan fe como
los que no tengan fe,
[verán] al más excelso junto a los puros al final
del tiempo.
A las almas de los hombres encarnados juzgará
desde su estrado.
Cuando la tierra esté desolada, cuando todo el
cosmos produzca espinos,
los mortales arrojarán sus ídolos y todas sus
riquezas.
Arderán la tierra, el cielo y el mar
buscando quebrantar los portales de la prisión de
Aidas [3].
Entonces la carne de todos los muertos saldrá a
la libre luz
de los puros. A los malvados se los castigará durante
eones con el fuego.
Cuanto se haya hecho sin ser visto, será entonces
declarado.
A los pechos oscurecidos Dios los abrirá e
iluminará.
Todos se lamentarán y rechinarán sus dientes.
Desaparecerá el brillo del sol y la danza de los
astros.
Girará el cielo; el resplandor de la luna se
apagará.
Se elevarán los valles, se destruirán las colinas.
La altura no se apreciará más entre los
miserables hombres.
Las montañas y llanos serán iguales, y ningún mar
será ya navegado. Entonces la tierra arderá
junto con sus fuentes; los ruidosos ríos se agotarán.
La trompeta del cielo resonará con un penoso
sonido,
lamentando la inútil deshonra y desgracia del
cosmos.
Entonces el tártaro [4] mostrará el caos mientras
la tierra se abre.
Llegarán al estrado de Dios todos los reyes.
Del cielo fluirá un río de fuego sulfúreo.
Entonces habrá un signo para todos los mortales,
un sello visible:
la cruz [5] para los que tienen fe, el cuerno
anhelado,
la vida de los hombres piadosos -pero tropiezo
para el cosmos-
que iluminará con las aguas de sus doce fuentes a
los elegidos.
Y regirá apacentando con vara de hierro.
Este acróstico ahora expuesto es de Dios,
del Salvador, del Rey inmortal que sufrió por
nosotros.
ΙΗΣΟϒΣ ΧΡΕΙΣΤΟΣ
ΘΕΟϒ
ϒΙΟΣ
ΣΩΤΗΡ
ΣΤΑϒΡΟΣ
[Iēsous Khreistos Theou Yios Sōtēr Stauros]
Jesús
Cristo, Hijo de Dios, Salvador; Cruz.
...
1. Del griego: aiōn.
Señala un incierto periodo de existencia, de extensión temporal, que puede ir
desde la duración de una vida, una generación, una era, según algunos un kalpa (que de acuerdo a los Vedas sería de 4.320 millones de años
terrestres) y hasta la propia eternidad.
2. Gr. kósmos. Es el
universo apreciado como un grandioso sistema ordenado y armonioso. No sólo incluye a los seres vivos y al dinamismo contenido en este mundo, sino también a
los planetas, las estrellas, los dioses y todo el espacio sobrenatural.
3. Gr. Aídas. Es
otro nombre de Hades. Al respecto dice Sócrates:
Y el nombre de Aidēs, ¡oh, Hermógenes!, no deriva tanto de ser invocado como invisible [aidous] sino del poseer conocimiento [eidénai] de todo lo noble; es por eso que fue llamado Aidēs por el legislador (Crátilo – 404b).
4. Gr. Tártaros. El
término hace referencia tanto a una deidad del inframundo como al lugar que
ella rige. Al reino de Hades solo se dirigen los humanos que ya han fallecido;
pero muy por debajo de éste se halla la morada de Tártaro, una remota oscuridad
en donde están aprisionados los Titanes, Tifón (el propio hijo de Tártaro) y
los más terribles monstruos. Homero afirma que entre el Tártaro y la morada de
Hades media una distancia similar a la que hay entre el cielo y la tierra (Ilíada 8.16).
5. Probablemente desde entonces la escatológica cruz (gr. stauros)
en el cielo ha sido una constante en la línea de videntes católicos. El caso
más conocido y aceptado en la modernidad es el de Sta. Ma. Faustina Kowalska (†
1938):
Escribe esto: Antes de venir como Justo Juez vengo primero como Rey de misericordia. Antes de que llegue el día de la justicia, les será dado a los hombres este signo en el cielo.
Se apagará toda luz en el cielo y habrá una gran oscuridad en la tierra. Entonces en el cielo aparecerá el signo de la cruz [pol. krzyża]; y de los orificios en donde fueron clavadas las manos y los pies del Salvador, [saldrán] grandes luces que durante algún tiempo iluminarán la tierra. Esto sucederá poco tiempo antes del último día (Diario, 83).
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