28.12.14






Ad lavdes.

V. Domina in adiuuandum meum intende.
R. Domina ad adiutorium me feſtina.

Gloria tibi ſit orphanorum Mater: fac nobis gratus ſit omnipotens Pater.


En laudes.

V. Señora, ven en mi ayuda.
R. Señora, date prisa en ayudarme.

Gloria a ti, Madre de los huérfanos; haz que seamos gratos al Padre omnipotente.


Pſalmus 4.

Cvm inuocarem exaudiſti me Domina: & de ſublimi ſolio tuo mei dignata es recordari.
A rugientibus preparatis ad eſcam: & de manibus quærentium me liberatus ſum gratia tua.
Quoniam benigna eſt miſericordia & pietas tua: in omnes qui inuocat nomen ſanctum tuum.
Benedicta ſis Domina in æternum: & maieſtas tua exaltetur in ſæculum ſæculi.
Glorificate eam gentes in virtute veſtra: & cuncti populi terræ extollite magnificentiam eius.

Salmo 4.

Cuando te invoqué, tú me escuchaste, Señora; y desde tu sublime trono te has dignado recordarme.
De los que rugen preparados para devorar, y de las manos de los que me buscaban, me ha librado tu gracia.
Pues tu misericorida y piedad son generosas con todos aquellos que invocan tu santo nombre.
Bendita seas en la eternidad, Señora, y que tu majestad sea exaltada por los siglos de los siglos.
Que todas las naciones la glorifiquen por su virtud y que todos los pueblos de la tierra exalten su magnificencia.


Pſalmus 5.

Verba mea auribus percipe Domina: & ne auertas à me ſpecioſitatem vultus tui.
Conuerte luctum noſtrum in gaudium: & tribulationem noſstram in iubilationem.
Corruant ante pedes noſtros inimici noſtri: virtute tua eorum capita conterantur.
Benedicat te omnis lingua: & nomen ſanctum tuum confiteatur omnis caro.
Spiritus enim tuus ſuper mel dulcis: & hereditas tua ſuper mel & fauum.

Salmo 5.

Que tus oídos perciban mis palabras, Señora, y no apartes de mí la preciosidad de tu rostro.
Convierte nuestro lamento en alegría y nuestra tribulación en júbilo.
Que nuestros enemigos caigan a nuestros pies; que tu virtud [poder] destroce sus cabezas.
Que toda lengua te bendiga y que toda carne confiese tu santo nombre.
Tu espíritu es más dulce que la miel, y tu heredad más que la miel y el panal.


Canticvm.

Benedicite omnia opera Dominæ glorioſæ: laudate & ſuperexaltate eam in ſæcula.
Benedicite omnis creatura Dominam noſtram: quam Rex ſic voluit benedici.
Benedicta ſis ô ſummi Regis filia: quæ odore præis cuncta lilia.
Benedicta ſis corona dominarum omnium: benedicta ſis gloria Ieruſalem.
Odor tuus ſicut agri pleni, cui benedixit Dominus: qui in benedicentes te redundat, irrigans omnia intima eorum.
Qui benedixerit tibi, ô Virgo ſacrata, ſit ille iugiter benedictus: qui maledixerit tibi, roſa candidiſſima, ſit ille maledictus.
Non recedat de domo ſeruorum tuorum: vini & olei abundantia.
In nomine tuo omne genu flectatur: cæleſtium, terreſtrium, & infernorum.
Benedicamus Deum qui te creauit: benedictus vterque parens qui te generauit.
Benedicta ſis Domina in cælo & in terra: laudabilis & glorioſa & ſuperexaltata in ſæcula.

Cántico.

Bendigan todas las obras a la gloriosa Señora, alábenla y exáltenla por los siglos.
Bendiga toda criatura a nuestra Señora, a quien el Rey quiso bendecir.
Bendita seas, ¡oh, Hija del Rey Supremo!, cuyo aroma supera al de todos los lirios.
Bendita seas corona de todas las señoras [soberanas], bendita seas gloria de Jerusalén.
Tu aroma es como la de un campo lleno [de frutos] al que el Señor ha bendecido; él colma a quienes te bendicen e irriga toda su intimidad.
Quienes te bendigan, ¡Oh, Virgen Sagrada!, sean continuamente bendecidos; y quienes te maldigan, Rosa Resplandeciente, sean también maldecidos.
No se aparte del hogar de tus siervos la abundancia del vino y del aceite.
Que ante tu nombre se doble toda rodilla: en los cielos, en la tierra y en los infiernos.
Bendigamos a Dios, que te creó; bendigamos también a los padres que te engendraron.
Bendita seas, Señora, en el cielo y en la tierra; digna eres de alabanza, de gloria y de ser exaltada a lo largo de los siglos.



Oratio.

Ave Domina præcellentiſſima, & inter Sanctos poſt Deum ſanctiſſima Maria: quæ virginea fecunditate fecundaque virginitate admirabilis, Ieſum Chriſtum mundi Saluatorem genuiſti: gratiſſimum DEI templum, & Spiritus ſancti venerandum ſacrarium. Inclina queſo aures tuæ pietatis precibus huius ſerui tui: & caliginem vitiorum meorum tuæ ſanctitatis radijs diſſipa, vt tibi placeam in æternum, Amen.

Oración.

Salve, excelentísima Señora: María, la más santa entre los santos después de Dios, de admirable fecundidad virginal y de virginidad fecunda, y quien engendró a Jesucristo, salvador del mundo; eres el templo de Dios excelsamente agradable y el venerable sagrario del Espíritu Santo. Inclina tu piadosa escucha a las oraciones de tu siervo: que el brillo de tu santidad disipe la bruma de mis vicios y que por ti sea situado en la eternidad. Amén.


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