9.12.13



 
Martha & Mary - pintura del Dr. He Qi

Ascetismo y psicología en el mundo moderno

por el P. George Morelli

- 2006 -

¿Las prácticas del ascetismo se limitan solo a los monjes situados en un lugar abandonado o desolado? ¿Son los cristianos comunes diferentes a como son los monjes? Hace ya casi un milenio atrás que san Juan Crisóstomo dio respuestas a estas preguntas: “Las personas casadas tienen todo en común con los monjes, excepto el matrimonio”, afirmó.

Y un monje del Monte Athos ilustró aún mucho más la relación entre el monaquismo y la vida en el mundo: “El monje es alguien que está con el mundo en su desierto, y en el desierto cuando está en el mundo”, escribió. Sus palabras se aplican tanto a los cristianos casados como a los que pertenecen al monaquismo.

Los cristianos son llamados a seguir y servir a Dios dondequiera que él esté. Para la mayoría de cristianos, Dios está “en el mundo”. Así como el Padre envió a su Hijo al mundo, así también nosotros hemos sido enviados al mundo. Sin embargo, tenemos que alejarnos del mal que hay en él. Durante su última oración Jesús dijo:

No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, tal como yo no soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad (Jn. 17:15-17).

Estas palabras son particularmente importantes a medida que los cristianos ortodoxos se preparan para la Gran Cuaresma. Durante la cuaresma, el cristiano ortodoxo se retira al desierto para comprender y experimentar con mayor profundidad al Cristo resucitado. Todos los días, sin embargo, han de estar presentes ciertos elementos de la disciplina cuaresmal que conducen a aquella iluminación que Cristo ofrece a quienes lo buscan.

Pierre-Marie Delfieux, en The Jerusalem Community Rule of Life (1985), nos señala cómo los padres de la Iglesia estructuraron la vida de manera tal que pudiéramos seguir las enseñanzas de san Juan. San Basilio, en su Longer Rule,  nos aconseja a estar cerca y a relacionarnos con los demás, pero al mismo tiempo tenemos que mantener distancia y a permanecer siendo solitarios. San Benito enseñó a sus monjes a centrarse en las necesidades de los demás mientras anhelaban únicamente a Dios.

Marta, María y la inteligencia entrenada.

Para los cristianos que no son monjes, los consejos de Basilio y Benito pueden ser descritos como el vivir de Marta y de María. El evangelio de Lucas registra la historia al respecto:

Yendo ellos de camino, entró a un pueblo; y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor escuchaba su palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose pues, dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude. Le respondió el Señor: Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada (Lc. 10:38-42).

Tanto la senda de Marta como la de María conducen a Dios. Esta es la razón por la que ambas mujeres son tenidas como santas dentro de la Iglesia. Sus roles se complementan mutuamente, si bien cada uno de ellos es necesario en diferentes momentos. Los cristianos tienen que combinar ambos roles de maneras que se adecúen a nuestra personalidad. Por ejemplo, los extrovertidos pueden que se sientan más cómodos remarcando el rol de Marta. Y los introvertidos puede que estén más confortables en el rol de María. 

La integración de la espiritualidad y la personalidad exige inteligencia, razonamiento y oración. San Pablo le dijo a los corintios: “Rezaré con el espíritu, pero lo haré también con la mente; cantaré salmos con el espíritu, pero lo haré también con la mente” (1 Cor. 14:15). Y san Máximo el Confesor nos enseñó: “Una mente pura ve las cosas correctamente y una inteligencia entrenada logra ponerlas en orden”.

Una piedra fundamental de la inteligencia entrenada es la “apertura del corazón”. En su Spiritual Direction in the Early Christian East, Ireneo Hausherr (1990) sostiene que la apertura del corazón no es solo la apertura de la conciencia sino por sobre todo una apertura de los pensamientos. El antiguo padre espiritual esperaba que sus hijos espirituales le revelasen su verdadera disposición interior, la cual se deducía a partir de los movimientos de su corazón. Esto no es diferente a la psicoterapia, en donde el paciente revela sus sentimientos y pensamientos íntimos al clínico.

Al tratar sobre la temprana psicología ascética, Hausherr nota la “propuesta de un pensamiento que esté libre de toda culpa”. Y esto es algo importante, pues sugiere que es en los pensamientos íntimos en donde la lucha espiritual tiene su inicio. San Marcos el Asceta, escribió en Contra los mesalianos que “el diálogo interior con la insinuación (tentación) puede concluir en una victoria o en el propio pecado”. El diálogo interior conduce a la acción, y los actos repetidos producen ya sea la libertad o la pasión y cautividad del alma.

Psicología cognitiva y prácticas antiguas.

Los psicólogos cognitivos, sirviéndose de su propio vocabulario técnico, han demostrado evidencia empírica para aquellos procesos espirituales. La “automaticidad” de los pensamientos irracionales conducentes a emociones disfuncionales es algo que está bien documentado (Beck, 1991). La dificultad para desafiar o luchar contra estos pensamientos, y por lo tanto para modificar los sentimientos y conductas, ha sido perfilada por la moderna psicoterapia científica en su vertiente cognitivo-conductista.

El primer paso dentro del proceso de desafío-lucha es precisar las cogniciones distorsionadas (los pensamientos irracionales). Normalmente, y con ayuda del clínico, el paciente confecciona de manera escrita un listado de sus pensamientos irracionales. Sin este importante paso, el cambio cognitivo-conductual no puede llevarse a cabo.

De igual manera, los padres de la Iglesia enfatizaron la importancia de la exposición de una manera completa y sistemática. Para los padres espirituales, esta acción se realiza con vigilancia (nepsis), con atención y con cuidado del corazón. Hausherr (1990) cita un anónimo dicho: “Cuando los pensamientos malvados te acosen, no los ocultés sino más bien reveláselos a tu padre espiritual. Cuanto más se esconden los pensamientos, tanto más se multiplican y adquieren mayor fuerza”. 

La razón para esta revelación es poder facilitarle al padre espiritual una base para el discernimiento (diakrisis). Los padres conocían la importancia de la exposición y la usaron hasta desarrollar verdaderas técnicas, que no son diferentes a los procesos cuya eficacia ha sido demostrada por los modernos investigadores de la psicología cognitiva.

Los escritores ascéticos consideraban que para el discernimiento era necesario un padre espiritual. Los peligros de ilusión y exageración pueden conducir a errores teóricos y prácticos por parte de los cristianos que están luchando, sean jóvenes o viejos. Este proceso de discernimiento es tan importante, que ya san Antonio dijo: “Hay muchos que extreman sus cuerpos por medio del ascetismo, pero terminan lejos de Dios porque carecen de discernimiento. En su ilusión, ellos ignoran el mandato que dice: ‘Preguntále a tu padre, y dejá que él te enseñe’” (citado por Hausherr, 1990, p.158).

Si bien existe una amplia proliferación de libros de autoayuda, incluso en la científica psicoterapia cognitiva (como por ejemplo, Burns, 1980; Ellis y Harper, 1961; y Gottman, 1994), con frecuencia los autores de tales guías sugieren a sus lectores que consulten a profesionales preparados para abordar sus más serios problemas. Burns, por ejemplo, señala que sería “irrazonable” esperar un mejoramiento o una recuperación simplemente tras haber leído un libro. Lo que se necesita es “la ayuda adicional de un profesional de la salud mental”.

Desde una perspectiva moderna, los escritores espirituales ascéticos, parecieran haber comprendido la conexión entre pensamientos, emociones y conducta. El obispo Hierotheos Vlachos (1994, p.214), señala que: “Es en la parte inteligente del alma en donde operan los malvados pensamientos que animan el deseo e intentan capturar el nous del hombre, lo hacen de tal manera que el pecado sea cometido. El desarrollo del pecado comienza con los pensamientos”. Y luego continúa precisando lo que son los pensamientos según san Máximo el Confesor.

San Máximo distingue entre el pensamiento simple y el compuesto. Los pensamientos que no producen pasiones (emociones) son simples. En tanto que los pensamientos compuestos consisten en imágenes conceptuales acompañadas por la pasión (Philocalia 2, 1981, p.79). Pero ahora surge una pregunta: ¿Cómo debemos actuar frente a estos “pensamientos” según los padres de la Iglesia? San Máximo el Confesor afirma que: “La separación entre el pensamiento y la acción puede realizarse a través del amor y el autocontrol” (ibíd. p.89).

En Unseen Warfare -un libro editado por Nicodemo del Sacro Monte y revisado por san Teófano el Recluso- se nos concede un resumen de los padres de la Iglesia sobre este tema y se sugieren métodos como: el fortalecimiento de la voluntad, la súplica a Nuestro Señor Jesucristo y el hacer algo opuesto a lo que insinúa el pensamiento. El apelar a Nuestro Señor es esencial para cualquier cristiano, ya que él es la fuente de nuestra vida y de nuestra fuerza, y todo lo que hacemos en su nombre siempre es bendecido.

Un proceso similar, llamado “detención del pensamiento”, fue desarrollado y demostrado como eficaz por Cautela (1969) y Wolpe (1969). Sin embargo, muchas otras técnicas cognitivas podrían agregarse en nombre de Cristo para ayudar a la sanación espiritual y psicológica del paciente/perturbado [prodigal]. Pienso que está dentro del espíritu de los padres espirituales el servirse de técnicas psicológicas cuya eficacia haya sido demostrada por la investigación.

Psicología y crecimiento espiritual.

Los cristianos se perciben a sí mismo como creados a imagen de Dios y llamados a ser como él. Han sido creados con cuerpo, mente y espíritu.  Basados en una comprensión actual sobre cómo funciona la mente, los cristianos pueden aplicar ese conocimiento a su crecimiento psicológico y espiritual. El conocimiento de las distorsiones cognitivas, y la manera en que se verifican en nuestras vidas, se halla entre los importantes usos de la psicología cognitiva bajo el espíritu de los padres espirituales.

La investigación clínica y la efectuada por psicólogos cognitivos ha encontrado ocho distorsiones cognitivas (Beck, 1995):

1. Abstracción selectiva: es concentrarse en un solo suceso mientras se excluye otros. En uno de mis recientes casos, Jack, un ingeniero, se concentró selectivamente en una amonestación que había recibido de su supervisor mientras ignoraba el elogio que la semana anterior le había otorgado el director principal del proyecto. Esta percepción irracional lo condujo a una depresión.

2. Inferencia arbitraria: es trazar una conclusión injustificada debido a hechos desarrollados en una situación ambigua. El mismo paciente mencionado arriba, concluyó que su próxima evaluación (por parte de su supervisor) resultaría insatisfactoria. Eso le condujo a una mayor depresión.

3. Personalización: es culparse por un suceso del que no se es responsable. Otra paciente, Linda, cayó en depresión cuando en una reunión de negocios (que no era de su área de trabajo y estaba compuesta por veinticinco personas) su supervisor sostuvo que “hay algunos en el sector que no son parte del equipo”. Ella inmediatamente “personalizó” la afirmación sin ninguna evidencia de que el jefe se estaba refiriendo a ella.

4. Polarización: es percibir o interpretar sucesos en términos de todo-o-nada. Cinthya, otra paciente, llegó deprimida tras recibir una “B” en una materia universitaria. Ella “polarizó” el suceso en dos categorías: buena-mala estudiante. Y una “B” entraba en el polo negativo. Ella no podía ver que todos los sucesos se hallan dentro de un continuum entre dos polos. En tal escala, una “B” está más cerca de una “A” que una “F”, por ejemplo.

5. Generalización: es la tendencia a ver las cosas en categorías de siempre-nunca. Otra paciente, Mary, se deprimió durante su terapia marital, pues concluyó irracionalmente que su esposo “nunca” cambiaría y que “siempre” sería el mismo. Su disforia la condujo a un patrón de conducta autofrustrante que la distanció aún más de su marido y la dispuso para lo que no quería: un pobre matrimonio.

6. Expectativas exigentes: es la creencia de que existen leyes o reglas que tienen que ser obedecidas. Kim vino a terapia porque se deprimió a raíz de que su hijo no le hablaba. Ella irracionalmente creía que existe “una ley en el universo” que dice que los hijos deben hacer lo que sus madres le piden, y si no éstas tienen derecho a molestarse. Ella no podía notar que Dios nos “pide” que lo obedezcamos y que por eso nos concede libre albedrío. El propio Cristo respetó el libre albedrío de las criaturas que había creado, tal como lo demuestran la suavidad de sus exhortaciones. Como Cristo, los padres tendrían que elegir trabajar constructivamente hacia una obediencia razonable por parte de sus hijos. Un programa de recompensas por la conducta apropiada y de castigos por la inapropiada, que fuera suministrada sin ira, ansiedad ni depresión, sería constructiva para la emergencia de una buena conducta; eso y no el simplemente exigirla. Las preferencias sustituyen a las exigencias.

7. Catastrofización: es la percepción de algo como 100% malo, terrible o espantoso. Kim erróneamente reaccionó ante la negativa de su hijo de hablarle como si fuese “el fin del mundo”. Por medio de una intervención cognitiva, luego descubrió que en una escala de problemas que pudiera tener con su hijo, el que él no le hablase se hallaba en un nivel muy inferior; no era una catástrofe.

8. Razonamiento emocional: es considerar que los propios sentimientos son hechos concretos. Sandy “sentía” que ella no le agradaba a su nuevo jefe. Cuando se le preguntaba cómo es que sabía eso, respondía que sus “sensaciones nunca se equivocaban”. No podía distinguir entre la realidad de un sentimiento y un sentimiento como prueba de algo (lo que es imposible). Por ejemplo, yo les suelo decir a mis pacientes: “En la época de Cristóbal Colón, sin importar con cuánta intensidad la gente ‘sintiera’ que la tierra era plana, la misma no lo era”.

Tras identificar estas distorsiones cognitivas, la investigación clínica demuestra que se tiene que luchar contra ellas. Esto no es diferente a lo que los padres espirituales sostenían, que los pensamientos malvados tienen que ser manifestados. Y la moderna psicología nos concede más herramientas para poder lograrlo. Los padres de la iglesia con seguridad habrían dado la bienvenida a tales procedimientos. Muy efectivo durante el proceso de lucha es el enseñarle –nótese la importancia de un guía psicológico/espiritual- al paciente/perturbado las “preguntas desafiantes”:

1. ¿Dónde está la evidencia? (Sea en pro o en contra de la idea o pensamiento).
2. ¿Existe otra  manera de ver esta situación? (Explicaciones alternativas).
3. ¿Es tan malo como aparenta? (¿Qué sería si lo peor o lo mejor sucediesen, la persona podría vivir con eso? ¿Cuál es el resultado más realista?
4. ¿Cuál es el efecto de seguir sosteniendo mis pensamientos? (¿Qué pasaría si alterase mis pensamientos?).

Un ejemplo práctico.

Un breve ejemplo espiritual/psicológico sobre este proceso sería de mucha ayuda. Una joven de 18 años se acerca para un proceso de counseling (para una guía clínica/pastoral – counseling/espiritual a favor de su salud mental). Se encuentra muy abatida. El Inventario de Depresión de Beck indica un puntaje de 32, indicando una depresión severa. De hecho, se halla muy desesperanzada. Durante la sesión inicial revela que anteriormente había tenido un aborto y que ahora se encuentra con un embarazo de dos meses por parte de su padre. Más aún, ella ha sido sexualmente abusada por su padre desde que era una tierna adolescente. Se considera a sí misma como un ser horrible, se condena por los abusos sexuales que padece y cree que nunca podrá olvidarlos. Esta joven se siente abandonada por Jesús y por cualquier persona decente que está cerca de ella.

Pastoral y clínicamente, esta sufriente hija de Dios es capaz de expresar sus pensamientos y sentimientos, y sus experiencias son validadas debido a que son auténticas. En cierto punto, sin embargo, una vez que la confianza entre ella y el guía clínico/espiritual logró establecerse, el “desafío” comienza a tener lugar.

Se puede ayudar a la joven a que identifique sus distorsiones cognitivas. Ella está etiquetándose y polarizándose como “mala”; deduciendo arbitrariamente que ella está “maldita y no puede ser perdonada”. Al combinar el enfoque cognitivo y el espiritual, se podría integrar su fe en el proceso de “desafío”. Se le podría acercar el pasaje del evangelio de san Juan (8:18) en donde una mujer es atrapada en adulterio. Se le podría pedir que lo leyese y que explorase la manera en que el texto podría aplicarse a su vida. En especial las palabras de Jesús: “Tampoco yo te condeno. Vete y no vuelvas a pecar”.

Es posible, además, que se puedan revisar las enseñanzas de la Iglesia sobre el perdón y sobre el pecado contra el Espíritu Santo, ya que se relacionan con ella. Cada una de sus distorsiones cognitivas podría ser examinada mientras se buscan explicaciones alternativas y se observan sus consecuencias. Existe una gran cantidad de enseñanzas escriturales y pastorales de Nuestro Señor y de los santos que podrían ser de utilidad. Y a medida que el “desafío” continua, el proceso sería alentado a través del amor y del espíritu de Cristo.

El mundo, la creación de Dios, es algo que tiene que ser amado: “Y llamó Dios a lo seco “tierra” […]; y vio Dios que estaba bien” (Gn. 1.10). Tal como el salmista lo declara: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, la obra de sus manos anuncia el firmamento” (Sal. 19:1). Lo que se necesita rechazar es el mundo que nos separa de Dios y de nuestro amor entre unos y otros.

Como cristianos, nuestra tarea  es ser –para usar la admonición de san Pablo- “astutos como serpientes”. Tenemos que usar nuestra inteligencia -por medio de la cual somos como Dios- para “vigilar” y “discernir” lo que es bueno y nos conduce a Dios y a los demás, de aquello que es malvado y nos aleja de Dios y de los demás. El llamado que se nos hace como hijos de Dios exige esto: la sabiduría de los padres espirituales. Traer a Cristo a este mundo actual significa continuar con las prácticas ascéticas de nuestros padres espirituales mediante el uso de los hallazgos científicos de la psicología actual.

Referencias.

- Beck, A.T.(1988). Love Is Never Enough. New York: Harper & Rowe.
- Beck, A.T. (1991). Cognitive Therapy: A 30-year perspective. American Psychologist, 46, pp. 368-365.
- Beck, J.S. (1995). Cognitive Therapy: Basics and beyond. The Guilford Press: New York.
- Burns, D. D. (1980). Feeling Good: The New Mood Therapy. Avon Books: New York.
- Cautela, J.R. (1969). Behavior therapy and self control. In C. Franks. (Ed.) Behavior therapy: Appraisal and status. NY: McGraw Hill.
- Delfieux, Pierre-Marie, (1985). The Jerusalem Community Rule of Life. Paulist Press: Mahwah, NJ.
Ellis, A. & Harper, R.A. (1961). A Guide to Rational Living. Lyle Stuart: New York.
- Gottman, J. (1994). Why Marriages Succeed or Fail. Simon & Schuster: New York.
- Kadloubovsky, E., & Palmer, G.E.H. (trans.)(1952). Unseen Warfare. Faber & Faber: London.
- Hausherr, I. (1990). Spiritual Direction in the Early Christian East. Cistercian Publications, St. Joseph's Abbey: Spencer, MA.
- Hopko, T. (1997). The Lenten Spring: Readings for Great Lent. Crestwood, NY: St. Vladimir's Seminary Press.
- Palmer, G.E.H., Sherrard, P. & Ware, K. (1981). The Philokalia (V. 2). Faber & Faber: London.
- Wolpe, J. (1969). The Practice of Behavior Therapy. NY: Pergamon.
- Vlachos Hierotheos, (1994). Orthodox Psychotherapy: the Science of the Fathers. Lavadia, Greece: Birth of the Theotokos Monastery.

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El rev. P. George Morelli , Ph.D., es psicólogo clínico y terapeuta de pareja y familia. Es pastor asistente en la iglesia ortodoxa antioquiana de san George, en san Diego, California.

Morelli George (05 de marzo del 2006). Ascetism and Psychology In The Modern World. OrtodoxyToday.org


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